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Respuesta:
Explicación:
Los ecosistemas se encuentran en un equilibrio natural al que regresan después de una alteración natural. Sin embargo, hay situaciones en las que esto no sucede, como ha sucedido como consecuencia de las corrientes del Niño y de la Niña. También muchas veces el ser humano con su actividad altera este equilibrio introduciendo o eliminando especies animales o vegetales, destruyendo hábitats, vertiendo desechos contaminantes, transformando notablemente el paisaje, o modificando culturas.
Esto sucede en multitud de casos cuando se llevan a cabo proyectos o actuaciones en el medio natural que producen modificaciones en el entorno como la minería, infraestructuras, obras hidráulicas etc., o cuando un espacio se abandona por perder su función social tradicional como ocurre con los pueblos, comunidades de las tierras agrícolas abandonadas o las vías pecuarias, o cuando se desestiman costumbres y expresiones culturales originarias. Las actuaciones de restauración tienen como objetivo intervenir de manera que el proceso de regeneración se acelere y las etapas de sucesión natural tengan lugar de una forma menos dilatada en el tiempo.
La regeneración de un ecosistema es “el proceso de asistir la recuperación de un ecosistema que ha sido degradado, dañado, o destruido”. En otras palabras: es el esfuerzo práctico por recuperar de forma asistida las dinámicas naturales tendientes a restablecer algunas trayectorias posibles de los ecosistemas históricos o nativos de una región.
Se entiende que las dinámicas naturales deben estar dirigidas a la recuperación, no de la totalidad sino de los componentes básicos de la estructura, función y composición de especies, costumbres, raíces culturales, etcétera, de acuerdo a las condiciones actuales en que se encuentra el ecosistema que se va a restaurar.
Tipos de regeneración de ecosistemas
Existen otras formas de plantear la regeneración de ecosistemas degradados que no contemplan las premisas de la restauración ecológica en su totalidad:
Rehabilitación: actuaciones en las que no se pretende recuperar las funciones alteradas del ecosistema, sino uno o varios elementos singulares de su estructura. Suelen estar orientados a la recuperación de determinadas especies de interés conservacionista que están incluidas en leyes y convenios nacionales e internacionales. Los sistemas resultantes no son autosostenible, requiriendo una intervención humana directa para el control de determinados procesos ecológicos. Tampoco son totalmente abiertos al intercambio de organismos, materia y energía.
Recreación: es la creación deliberada de nuevos hábitats como compensación de la pérdida de otros ecosistemas dañados o destruidos en otro lugar. Son ecosistemas no integrados en el entorno donde se realizan, en los que se reproducen determinados aspectos de ecosistemas de referencia. No son abiertos ni autosostenibles, requiriendo una fuerte inversión en su mantenimiento.