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5
. Los cambios
Por la época en la que se promulgó la actual Constitución Española, las aspiraciones más sentidas por los
españoles se referían al desarrollo y la modernidad,
cifradas ambas en la meta de ser europeos. Los estudios sociológicos y demográficos de la época reflejan
claramente este punto de vista. España aparecía a la
cola de los países europeos en compañía de Irlanda,
Grecia y Portugal, los países más religiosos y pobres.
La cuestión era si algún día llegaríamos por fin a ser
laicos y ricos. Veinticinco años después hemos llegado,
al menos en lo que toca a las tres variables demográficas básicas: natalidad, mortalidad e inmigración.Los cambios en la población han sido tan rápidos y
tan intensos que se ha hablado de «revoluciones»1
y
hasta de «terremotos» en los cimientos de la estructura
social (Beltrán, 1992; 2002). La pregunta ahora es si no
nos habremos pasado de modernos, en especial en materia de natalidad: vamos a tener muchos ancianos y
muy pocos jóvenes, y eso tiene consecuencias sociales
con las que nunca hasta ahora nos las hemos tenido
que ver. Las consecuencias
Los cambios en la mortalidad, la natalidad y las migraciones producen una amplia variedad de efectos
sociales de muy diversa intensidad. He elegido para
una sumaria revisión los más importantes, ante todo,
para la opinión pública y, en segundo lugar, para mi
modesto entender. Provienen esencialmente de cinco
ámbitos: familias, enseñanza, economía, protecciónsocial y política.Para las familias::
Las consecuencias sociales más directas de los cambios demográficos tienen lugar seguramente en las
propias familias.
Podemos comenzar con su formación mediante el
matrimonio. El descenso de la natalidad afecta por
igual a ambos sexos, pero en las parejas suele haber
una diferencia de edad de unos tres años.Eso significa que los varones nacidos justo antes de una caída
de la natalidad brusca van a ser más que las mujeres
nacidas tres años después, entre las cuales buscarán
pareja. A la inversa, las mujeres de las primeras
cohortes reducidas tendrán muchos más hombres
para elegir que sus compañeras. Se trata de un efecto
coyuntural, pero algo más que anecdótico, pues tendría que producir algunas consecuencias apreciables,
tales como mayor diferencia de edad entre las parejas y mayor nupcialidad entre las mujeres de las primeras generaciones ralas (Cabré, 1993). Están por
comprobar, que yo sepa, estos presumibles efectos de
la descompensación entre las generacionesESpero qe te sirva! :)
Por la época en la que se promulgó la actual Constitución Española, las aspiraciones más sentidas por los
españoles se referían al desarrollo y la modernidad,
cifradas ambas en la meta de ser europeos. Los estudios sociológicos y demográficos de la época reflejan
claramente este punto de vista. España aparecía a la
cola de los países europeos en compañía de Irlanda,
Grecia y Portugal, los países más religiosos y pobres.
La cuestión era si algún día llegaríamos por fin a ser
laicos y ricos. Veinticinco años después hemos llegado,
al menos en lo que toca a las tres variables demográficas básicas: natalidad, mortalidad e inmigración.Los cambios en la población han sido tan rápidos y
tan intensos que se ha hablado de «revoluciones»1
y
hasta de «terremotos» en los cimientos de la estructura
social (Beltrán, 1992; 2002). La pregunta ahora es si no
nos habremos pasado de modernos, en especial en materia de natalidad: vamos a tener muchos ancianos y
muy pocos jóvenes, y eso tiene consecuencias sociales
con las que nunca hasta ahora nos las hemos tenido
que ver. Las consecuencias
Los cambios en la mortalidad, la natalidad y las migraciones producen una amplia variedad de efectos
sociales de muy diversa intensidad. He elegido para
una sumaria revisión los más importantes, ante todo,
para la opinión pública y, en segundo lugar, para mi
modesto entender. Provienen esencialmente de cinco
ámbitos: familias, enseñanza, economía, protecciónsocial y política.Para las familias::
Las consecuencias sociales más directas de los cambios demográficos tienen lugar seguramente en las
propias familias.
Podemos comenzar con su formación mediante el
matrimonio. El descenso de la natalidad afecta por
igual a ambos sexos, pero en las parejas suele haber
una diferencia de edad de unos tres años.Eso significa que los varones nacidos justo antes de una caída
de la natalidad brusca van a ser más que las mujeres
nacidas tres años después, entre las cuales buscarán
pareja. A la inversa, las mujeres de las primeras
cohortes reducidas tendrán muchos más hombres
para elegir que sus compañeras. Se trata de un efecto
coyuntural, pero algo más que anecdótico, pues tendría que producir algunas consecuencias apreciables,
tales como mayor diferencia de edad entre las parejas y mayor nupcialidad entre las mujeres de las primeras generaciones ralas (Cabré, 1993). Están por
comprobar, que yo sepa, estos presumibles efectos de
la descompensación entre las generacionesESpero qe te sirva! :)
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