Respuestas
Respuesta:
Nuestro árbol se distinguía a lo lejos. Era enorme, robusto, anciano y con una gran copa que proyectaba su sombra jaspeada sobre la hierba del jardín. Era un ombú que durante años fue creciendo a lo alto y a lo ancho, hasta conquistar una pradera cercada por una muralla de piedra.
Cuando trepábamos por él, yo pensaba que era como el lomo de un inmenso elefante africano o como una ballena del reino vegetal.
Si el árbol hubiera podido hablar, nos habría contado las historias de los niños de otros tiempos: a qué habían jugado por sus ramas, quiénes habían escalado su colina de corteza para sentarse a descansar antes de seguir subiendo, quiénes habían resbalado por su musgo o quiénes habían tropezado en sus raíces.
Niños felices que se habían escondido bajo sus hojas. Niños valientes que habían subido hasta lo más alto, donde habían contemplado el valle a vista de pájaro y se habían sentido como reyes.
Historia de un árbol, el cuento infantil
FALTA MAS PERO ESO ES CASI TODO
Explicación: