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Es muy importante conocer la porosidad de nuestros suelos, aspecto que nos lleva al uso de implementos de cultivo adecuados, del fluido del agua de riego en cualquiera de los sistemas actualmente utilizados; parte de la economía del tiempo de cultivo mucho depende de ello.
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El espacio de los poros de un suelo es la porción ocupada por aire y agua. La cantidad de este espacio viene determinada casi totalmente por la colocación de las partículas sólidas. Si ellas tienden a ligarse estrechamente entre sí como en las areniscas o en sub suelos compactos, la porosidad total es baja. Si se colocan en agregados porosos, como en el caso frecuente de una textura media de los suelos altos en materia orgánica, el espacio de los poros será más elevado, por unidad de volumen.
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La validez de las anteriores generalizaciones puede ser sustanciada mediante el uso de una formula sencilla que encierra las cifras de la densidad de las partículas y de la densidad de volumen. Un suelo arenoso con una densidad de volumen de 1.50 y de las partículas de 2.65, se hallara que tiene, al aplicar estas cifras a la formula indicada, 43.4 % de espacios porosos.
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Un suelo limoso en el cual los correspondientes valores son 1.30 y 2.65, respectivamente, posee un 50.9% de
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espacios de aire y agua este último valor se refiere pues a la capacidad de los poros de una marga limosa granulada o un suelo superficial de marga arcillosa. Sugerimos a nuestros agricultores –lectores recurrir a un triángulo de suelos agrícolas para cimentar mejor el conocimiento de los porcentajes.
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Factores que influyen en el espacio total de poros.- como debemos suponer, la considerable diferencia que existe entre el espacio total de poros y los diversos suelos depende de varias condiciones. Los suelos superficiales arenosos muestran un 35 a 50% de espacio poroso, mientras que los más pesados varían del 40 al 60% o, a veces, aun mas en caso de alta cantidad de materia orgánica y mucha granulación. El espacio poroso también varía con el espesor y así algunos subsuelos compactos dan cifras tan bajas como las del 25 al 30%. Esto sucede en parte por la inadecuada aireación de dichos horizontes.
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El laboreo de un suelo ejerce una marcada influencia sobre la porosidad del espesor arable. Se ha visto según nuestra experiencia que el espacio de los poros del subsuelo disminuye con el cultivo, aunque a veces en un grado menor.
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Tamaño de los poros.- en los suelos existen en general dos tipos de poros, macro y micro poros. Mientras no determinemos una línea sutil de demarcación, diremos que los macro poros están caracterizados por permitir el libre movimiento del aire y la filtración del agua. Por
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el contrario, en el micro tipo de poro, el movimiento del aire está casi enteramente impedido y el del agua muy restringido, hasta incluso retardar el movimiento apilar. Así, en un suelo arenoso, a pesar de su porosidad total baja, el movimiento del aire y del agua es sorprendentemente rápido por el predominio de los macro espacios. En la práctica y caminando el terreno de cultivo para buscar lo que los agrónomos llamamos capacidad de campo, se toma un puño de tierra, se aprieta la mano y al estirar los dedos si el suelo permanece un tanto compacto o bien desgrana, ahí aplicaremos un criterio.
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Los suelos de textura fina permiten retardar relativamente el movimiento del agua y aire no obstante de la gran cantidad de espacios porosos que poseen. Aquí los micro poros dominantes se mantienen a menudo llenos de agua. La aireación, especialmente en el subsuelo, es inadecuada con frecuencia para un satisfactorio desarrollo de las raíces y una deseable actividad microbiana. De tal manera, el tamaño del poro individual es lo que importa, más que su volumen combinado. No dejemos al olvido que un vegetal de acuerdo a su especie, puede tener raíces planas o cilíndricas.
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La separación y granulación de los suelos de textura fina produce la aireación, no tanto por aumento del espacio total de los poros como por aumento de la proporción de los macro poros. Veamos pues que tan
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importante es que utilicemos implementos adecuados para el trabajo agronómico al respecto, y estos implementos deben estar en la mejor forma de trabajo.
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Ya hemos indicado que en el caso de una marga limosa bien granulada, en un suelo superficial, con una mezcla óptima para el crecimiento de las plantas, el espacio poroso no solo ha de oscilar sobre el 50%, si no que es también conveniente estar distribuido por igual entre el agua y el aire. En tal caso el espacio micro poro esta rellenado con agua y los macro poros con aire.
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La aireación del suelo bajo tales condiciones es plenamente satisfactoria, especialmente si existe en el subsuelo una proporción similar de aire y agua.
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Tengamos pues presente el uso de subsueladores que pueden abrir espacios hasta los 60 centímetros de profundidad como una práctica estándar.
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