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Uno de los principales rasgos comunes de las economías de América del Sur es su estructura económica sesgada hacia los recursos naturales. Sin embargo, las oportunidades y obstáculos que abre la abundancia de recursos desde el punto de vista de los objetivos del desarrollo económico han ido cambiando a lo largo del tiempo.
En el pasado, la idea de una estrategia de desarrollo basada en las ventajas comparativas, que buscara el crecimiento sostenido e inclusivo sobre la base de los recursos naturales, era rechazada de plano: crecimiento del sector industrial y aumento del bienestar venían de la mano, y las palabras “desarrollo” e “industrialización” se convirtieron en sinónimos.
El comienzo del siglo XXI marcó el comienzo de una nueva etapa para la economía global, y con ella una reevaluación de los nexos entre recursos naturales, crecimiento y empleo. De hecho, pareciera que el mundo le está dando a América del Sur una oportunidad: como resultado del reciente boom en los precios de los commodities, motivado en gran medida por el impresionante crecimiento de Asia Emergente. Los términos del intercambio comercial de América del Sur se encuentran en el máximo nivel de las últimas cuatro décadas y, si bien se esperan correcciones a la baja, el contexto externo muy probablemente seguirá siendo favorable en los años venideros. El crecimiento económico, que fuera largamente esquivo a la región en décadas pasadas debido a las crisis y la inestabilidad macroeconómica, regresó a América del Sur.
Sin embargo, la estrategia basada en los recursos naturales –al igual que la de industrialización- no asegura el desarrollo económico. La cuestión aquí es que el tránsito de una bonanza de recursos naturales al desarrollo económico no está libre de obstáculos. En cambio, proliferan las fallas de mercado y las fallas de gobierno. De hecho, se hizo tan frecuente que el desempeño sea distinto –peor- al esperado, que el término “maldición de los recursos naturales” se popularizó, lo cual sugeriría que negar las ventajas comparativas es un camino más seguro hacia el desarrollo. Sin embargo, lo que sabemos es que la dotación de recursos con la que cuenta un país no predetermina su futuro, sino que lo relevante es cómo se usan esos recursos, lo cual explica por qué hay países muy ricos y otros de ingreso medio o bajo entre la lista de naciones más intensivas en recursos naturales.
Dame coronita porfa