Respuestas
Todos los organismos, incluidos los seres humanos, necesitan energía para crecer, desarrollarse y reproducirse.
No obstante, los organismos no pueden utilizar energía de la luz directamente para cubrir sus necesidades
metabólicas, ya que esta primero debe convertirse en energía química mediante el proceso de fotosíntesis.
Antes de continuar aclaremos lo siguiente:
Muchas personas creen que las plantas experimentan la fotosíntesis y los animales
experimentan la respiración. En realidad, las plantas ¡hacen las dos! Las plantas
sencillamente experimentan la fotosíntesis primero como forma de fabricar glucosa.
Los animales no necesitan la fotosíntesis ya que obtienen su glucosa de los alimentos
que consumen. Pero en general, todos los organismos vivos respiran.
La fotosíntesis es el proceso en el cual la energía de la luz se convierte en energía química en forma de azúcares.
En un proceso impulsado por la energía de la luz, se crean moléculas de glucosa (y otros azúcares) a partir de
agua y dióxido de carbono, mientras que se libera oxígeno como subproducto. Las moléculas de glucosa
proporcionan a los organismos dos recursos cruciales: energía y carbono fijo (orgánico).
La respiración en las plantas consiste en usar los azúcares (glucosa) producidos en la fotosíntesis, además del
oxígeno, para producir energía que es utilizada para el crecimiento de la planta. La respiración ocurre en las
hojas, los tallos y las raíces de la planta. Las plantas obtienen el oxígeno del aire, a través de las estomas.
La importancia ecológica de la fotosíntesis.
Los organismos fotosintéticos, como plantas, algas y algunas bacterias, cumplen una función ecológica clave:
introducen la energía química y el carbono fijo en los ecosistemas mediante el uso de la luz para sintetizar
azúcares. Dado que producen su propio alimento (azucares como la glucosa) con la energía de la luz, estos
organismos se llaman autótrofos u “organismos que producen su propio alimento".
Los seres humanos y otros organismos que no pueden convertir dióxido de carbono en compuestos orgánicos
se llaman heterótrofos lo que quiere decir “que se nutre de otro". Los heterótrofos deben obtener el carbono
fijo consumiendo otros organismos o sus derivados. Los animales, hongos y demás organismos son
heterótrofos.
Además de introducir carbono fijo y energía en los ecosistemas, la fotosíntesis también afecta la composición
de la atmósfera de la Tierra. La mayoría de los organismos fotosintéticos produce oxígeno; la aparición de la
fotosíntesis hace unos 3333 mil millones de años, cambió para siempre la vida en el planeta. A partir de ese
momento se liberó poco a poco oxígeno en la atmósfera terrestre y se cree que el aumento en la cantidad de
oxígeno influyó en la evolución de organismos que desde entonces utilizan oxígeno para la respiración celular.
Los organismos fotosintéticos también retiran grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera y
utilizan los átomos de carbono para crear moléculas orgánicas. Si las plantas y algas no abundaran en la Tierra
ni aspiraran continuamente el dióxido de carbono, el gas se acumularía en la atmósfera. Aunque los organismos
fotosintéticos eliminan parte del dióxido de carbono producido por las actividades humanas, el aumento de este
gas en la atmosfera a lo largo del tiempo ha producido que se retenga el calor y el clima ha cambiado. Muchos
científicos creen que la conservación de bosques y otros espacios de vegetación es cada vez más importante
para combatir este aumento en los niveles de dióxido de carbono.
Fotosíntesis y respiración celular
A nivel de reacciones generales, la fotosíntesis y la respiración celular son procesos casi opuestos, aunque solo
difieren en la forma de la energía absorbida o liberada, como se muestra en el esquema siguiente.
La fotosíntesis y la respiración celular son reacciones opuestas entre sí. En la fotosíntesis, la energía solar se
transforma en energía química en un proceso que convierte al agua y al dióxido de carbono en glucosa, y se
libera el oxígeno como subproducto. La respiración celular va en sentido contrario, el oxígeno se utiliza para
descomponer la glucosa, proceso que libera energía química y calor; el dióxido de carbono y el agua son
productos de esta reacción.
Por ejemplo, la fotosíntesis y respiración celular implican una serie de reacciones de reducción y oxidación. En
la respiración celular, los electrones fluyen de la glucosa al oxígeno, se forma agua y se libera energía. En la
fotosíntesis, van en la dirección opuesta, comienzan en el agua y acaban en la glucosa, un proceso que
requiere energía e impulsado por la luz.