Hacer una cancion sobre el primer habito
por faaaaaaaa lo necesitooo :,(
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En esta entrada hablamos del segundo hábito de los siete hábitos de la gente altamente efectiva, sacado del libro del mismo nombre del exitoso autor Stephen Covey. Se trata de «Empezar con el fin en mente».
Ya vimos en el primer hábito de «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva», que todo empieza por ser proactivo, es decir por una actitud «de adentro hacia afuera» basada en esos principios básicos. El primer hábito no habla solo de tomar iniciativa, sino de ser responsable de nuestras acciones.
Bueno, pues el segundo hábito habla de tener un norte. De enfocar esa proactividad, hacia unos valores, los cuales después nos llevaran a unos objetivos.
En otras palabras, este hábito se refiere a «Entender donde estoy y para donde voy».
Esto se puede aplicar en distintas dimensiones y en distintos niveles, y es aquí donde empezamos, en mi opinión, con una de las partes más interesante de este libro y casi que la base conceptual de la efectividad: Podemos estar muy ocupados, trabajando de 8 a 5 sin parar, siempre contestando llamadas, emails, en reuniones, pegados al computador, con infinidad de tareas por hacer, pero eso no quiere decir nada, a menos que las cosas que hagamos estén alineadas con lo que queremos o debemos estar haciendo. Es la gran diferencia entre efectividad y eficiencia.
Podemos ser muy eficientes y aplicar mil metodologías y herramientas para aprovechar el tiempo, pero si no estamos apuntando para la dirección que queremos ¿de que sirve ser eficientes? Estamos yendo muy rápido, pero para el lugar equivocado, o para ningún lado (como diría la canción de Incubus). Estamos siendo eficientes, pero no efectivos. Como diría Peter Drucker «No hay nada más inútil que hacer de manera eficiente algo que no se debería haber hecho».
Congruencia entre pensar y actuar
Según el autor la primera creación es pensar las cosas, la segunda creación es hacer las cosas; la primera es mental, la segunda es física.
Lo importante segun el autor es que esten en harmonia las dos. En harmonia con la proactividad.
La persona proactiva es dueña de las dos creaciones. La persona reactiva solo es dueña de la segunda.
En otras palabras el proactivo, diseña lo que va a hacer y lo hace; el reactivo hace lo que otros han diseñado. Me gusta mucho este concepto a decir verdad.
Liderazgo vs. Gerencia
La mejor manera de entender liderazgo es buscar lo que no es; es mirar como se complementa con la gerencia.
La gerencia si se ocupa de temas de eficiencia, de hacer rendir el tiempo, pero ya sabiendo el objetivo.
Liderazgo es saber cual es el objetivo.
Y cita a Peter Drucker: «Gerencia es hacer las cosas de manera correcta; liderazgo es hacer las cosas correctas».
Gerencia: eficiencia; liderazgo: norte. Mejor dicho, liderazgo es saber direccionar la eficiencia
Covey habla de liderazgo como la búsqueda y el direccionamiento hacía un norte: como un compás que nos lleva hacia un destino, hacia una visión. No estamos hablando de objetivos, estamos hablando de una misión.
Habla el autor de que una vez que tengamos que tomar decisiones en el día a día, ahí si deberíamos definir objetivos, teniendo clara nuestro norte, para así evitar ser reactivos, para poder priorizar, para poder decir que no, para poder delegar, para poder automatizar, para saber en que debo enfocar mi semana y mi día, debo tener claro para donde quiero «encaminar el barco».
La Misión Personal
Este «norte» del que hablamos, Covey lo traduce en una «misión personal», una especie de constitución. Así como las empresas tienen su misión, dice que nosotros deberíamos tener una misión como personas. Un documento «escrito en piedra» donde estén nuestros lineamientos básicos. Como nuestros propios 10 mandamientos.
Todo lo que esté en la misión se convierte en la base para tomar decisiones sin importar del momento o las circunstancias.
La idea de esto es dar un sentido de misión, el cual nos ayuda con nuestra proactividad.
Para escribir esta misión necesitamos situarnos al centro de nuestros principios básicos.
Este centro nos proveerá cuatro características esenciales: Seguridad, guía, poder e inteligencia.
Seguridad es nuestra fuerza, nuestra identidad.
Guía es saber para donde vamos.
Inteligencia es la perspectiva, el balance y el criterio.
Poder es nuestra capacidad para hacer algo.
Estos cuatros factores dependen el uno del otro. Seguridad y guía llevan a inteligencia; inteligencia lleva a mayor poder.