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Según los relatos históricos, el cuerpo de Alejandro no mostró ningún signo de decadencia durante seis días después de la muerte, a pesar de que se mantuvo en un lugar caliente y húmedo.Después de un extenso proyecto de investigación llevado a cabo por el Dr. Leo Schep del National Poisons Center en Nueva Zelanda sugiere que, si veneno era la causa, el escenario más probable es que Alejandro murió al beber vino envenenado por una planta de apariencia inocua que, cuando fermenta, es increíblemente mortal.
Dr Schep, que investigó la evidencia toxicológica durante una década, examinando posibles toxinas letales y sus efectos, consideró implícitas las teorías anteriores de envenenamiento como el arsénico y la estricnina. La muerte habría llegado demasiado rápido, no sobre el plazo de 12 días indicado por los registros. Otros venenos que eran candidatos como cicuta, acónito, ajenjo, henbane y el azafrán de otoño tampoco coincidían con los detalles del caso de Alejandro.
Después de considerar muchas posibilidades, la investigación del Dr. Schep, autor experto en clásicos de la Universidad de Otago y publicado en la revista médica Clinical Toxicology, encontró que el culpable más plausible era la planta Veratrum album, conocido como ballestera blanca. Esta planta de flores blancas era bien conocida por los griegos como un tratamiento a base de hierbas, pero también puede ser fermentada en un vino venenoso.
La teoría del Dr. Schep era que el Veratrum album podría haber sido fermentado como un vino que fue dado a Alexander, que era un bebedor consagrado. Lo habría encontrado “muy amargo” pero podría fácilmente haber sido endulzado, y estando borracho Alejandro sería poco probable que se diera cuenta de que él estaba siendo envenenado. Los síntomas causados por el consumo de la planta coinciden muy bien con la descripción de lo que experimentó Alejandro durante los 12 días anteriores a su muerte.
Las decadencias:
En el siglo IV a.C., la decadencia de las polis favoreció la formación de una monarquía fuerte, con Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro Magno. Este último logró unificar a todas las ciudades griegas bajo su autoridad.
Una vez conquistada Grecia, Alejandro Magno hizo un pacto con las ciudades para conquistar el gran Imperio Persa, que seguía siendo una amenaza para los griegos. Así, con un ejército griego, derrotó a los persas y se apoderó de todo el territorio que formaba el gran Imperio Persa. Entre los años 334-324 a.C. Alejandro Magno creó otro gran imperio, que se estableció por todo el mundo conocido llegando incluso hasta Egipto y la India.
Las tierras conquistadas por Alejandro acabaron, tras su muerte, repartidas entre sus generales, los Diádocos. La unidad del imperio alejandrino se rompió definitivamente a raíz de los enfrentamientos de Ipsos (301 a.C.) y de Curopedion (281 a.C.). Así fue como surgieron los llamados reinos helenísticos -Macedonia, Egipto y Asia- en los que floreció una brillante cultura, mezcla de elementos griegos y orientales, bautizada como helenismo.
La expansión imperialista de Roma conquistó progresivamente los tres reinos helenísticos. La derrota de Cleopatra frente a Octavio Augusto en el año 31 a.C. fue el acontecimiento que cerró el periodo helenístico.
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