¿Cuál fue el legado social del imperio carolingio?
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Imperio Carolingio: Legado cultural. La Capilla Palatina, levantada en la ciudad alemana de Aquisgrán, es considerada el monumento principal del arte carolingio. Fue originalmente la iglesia privada del palacio de invierno que mandó construir el emperador Carlomagno, a finales del siglo VIII.
Respuesta:
La Capilla Palatina, levantada en la ciudad alemana de Aquisgrán, es considerada el monumento principal del arte carolingio. Fue originalmente la iglesia privada del palacio de invierno que mandó construir el emperador Carlomagno, a finales del siglo VIII. Por su relevancia, esta catedral, la más antigua del norte de Europa, fue uno de los primeros doce lugares incluidos en la lista del Patrimonio de la Humanidad. Su capilla, construida en el siglo VIII, fue el germen de lo que luego constituyó un renacimiento cultural.
Renacimiento carolingio
Carlomagno, pese a ser un hombre de deficiente instrucción que apenas si dominaba el latín, tuvo la inteligencia política como para saber que, sin un basamento cultural, sus sueños imperiales no prosperarían. Su consigna de restaurar el poder de la antigua Roma no era suficiente como para unir y movilizar a pueblos culturalmente tan distintos. El emperador sabía que necesitaba impulsar una actividad ideológica que galvanizase la vastedad imperial y, para ello, centralizó el poder en su persona. Tras establecer una sólida alianza con la Iglesia de Roma, movilizó al clero, definió sus jerarquías y potestades territoriales y organizó una jerarquizada red de funcionarios.
Con igual claridad se planteó forjar una organización cultural sólida y coherente, que irradiase desde la corte una propuesta intelectual que entusiasmase a los pueblos que sus guerreros habían sometido. Carlomagno sabía perfectamente que la victoria final no consistía en aniquilar al enemigo, sino en derrotarlo y, luego, ganarlo para un ideario común.
Carlomagno contra los sarracenos en Hispania
El ejército de Carlomagno contra los sarracenos en Hispania
Para llevar adelante su programa imperial, Carlomagno comprendió que no le bastaba con rodearse de los hombres más sabios de su época y escuchar sus consejos. Los esfuerzos personales de Boecio, Casiodoro e Isidoro necesitaban de una organización consciente y poderosa que aglutinase su labor cultural y repercutiese en todo el ámbito de la cristiandad occidental.
Se suele coincidir en que el llamado Renacimiento Carolingio se desarrolló a través de dos grandes períodos: el primero, que duró hasta la muerte de Carlomagno, se caracterizó por su espíritu emprendedor y pionero y por el entusiasmo de quienes tomaron parte en la gran empresa cultural; el segundo, maduro y brillante, se extendió hasta la muerte de Carlos el Calvo (877).
El Imperio Carolingio, con sus pretensiones de universalidad y su empeño en ser la continuación del Imperio Romano, se planteó impulsar un renacimiento de la Antigüedad Clásica, en especial de la literatura griega. Un motor decisivo del Renacimiento Carolingio fue la Academia Palatina de la corte de Aquisgrán. En este ámbito se agruparon filósofos, literatos y artistas de distintos países, unidos todos por el mismo ideal universalista y colaborando en la tarea común. Por supuesto, esta empresa cultural mantenía una fachada católica, como si ésta fuera la garantía de que los resultados de sus trabajos tenían un futuro duradero y, al mismo tiempo, incuestionable.
Por otro lado, gracias a esta concentración de estudiosos y literatos se establecieron fructíferos contactos personales y desapareció parcialmente el aislamiento hasta entonces frecuente entre los intelectuales de la época. Carlomagno logró sacarlos de los monasterios, donde trabajaban en absoluta soledad, y reincorporarlos a la vida social. Fue su manera de socializar una cultura que hasta ese momento parecía signada por un marcado aislamiento minoritario y elitista.
La renovación carolingia también influyó en la liturgia religiosa católica, a partir de una confluencia mucho más libre entre los músicos, los escribas y copistas. Gracias a la obra poética de escritores y con una interesante variedad de estilos, en el siglo IX ya estaban plenamente desarrollados los aspectos esenciales de la himnodia latina. Esta influencia es perceptible, sobre todo, en la importante expansión temática que se produjo en el género y en la recuperación de un notable nivel estilístico literario, con una rica renovación musical.