Respuestas
Respuesta:
Primera parte. La maldición. Esta parte abarca catorce capítulos y cuenta:
-la dolorosa historia del nacimiento, la maldición y el abandono del pequeño Nicanor
en brazos de la lechiguana;
-la niñez y la relación entre Nicanor y su “abuela”;
-la llegada del maestro y su familia al pueblo, el amor de María;
-el cumplimiento de la maldición, la metamorfosis;
-el pacto entre la lechiguana y el jinete;
-partida de Nicanor (lobo) y María para cumplir las pruebas que pondrían fin a la
maldición para vivir plenamente su amor.
• Segunda parte. Los bautismos. Se desarrolla en nueve capítulos el largo y peligroso
viaje plagado de obstáculos para reencontrar al padre de Nicanor y concretar los siete
bautismos.
• Tercera parte. La Salamanca. Muestra el desenlace de la historia en cinco capítulos:
-casamiento de Nicanor y María;
-anuncio del nacimiento de un hijo.
-llegada del jinete para anunciar el baile en La Salamanca; viaje tortuoso para cumplir
la última prueba.
-victoria sobre el mal y llegada del bebé;
-regreso al pueblo natal y reencuentro con la familia.
Si bien la figura del hombre lobo tiene una antiquísima tradición literaria que se
remonta a los griegos y a la literatura latina y medieval, su apogeo, en el que se
consolidan sus características fantásticas, corresponde al período gótico, durante el
siglo XVIII. A lo largo de los tiempos, el personaje del licántropo ha sido construido
como víctima de maldiciones, prejuicios y persecuciones, muchas veces interpretado
como el símbolo de los seres rechazados y marginados por la sociedad; en una palabra,
de los que son excluidos de los límites ocupados por la población y condenados a vagar
en lugares apartados, ocultándose y sobreviviendo con la fuerza de su instinto.
Durante el Medioevo, el hombre lobo profundiza su peligrosidad e inspira
temor por la ferocidad ejercida al destrozar a otros seres vivos; por lo tanto, prevalece
Explicación:
en él la bestialidad y ya no es presentado como una víctima sino como un personaje
criminal; el lector llega a justificar las represalias que se ejercen en su contra.
En la literatura actual su rol ha cambiado hasta adquirir en algunos casos rasgos
heroicos, al defender a la naturaleza contra las fuerzas depredadoras del hombre
movido por su afán civilizador.
En Nicanor y la luna, la metamorfosis del hombre en lobo durante el plenilunio
comparte rasgos pertenecientes a los diferentes momentos de la historia del
personaje; lo vemos como a un ser que es víctima de una maldición, que sufre el
desprecio y el rechazo hasta de su padre, que crece en medio de la desconfianza de los
habitantes, amparado solo por la compañía de la lechiguana. Vive con intenso
sufrimiento su transformación y ataca irracionalmente a otros seres vivos bajo el
efecto de la maldición. Pero es a su vez un héroe que sufre y lucha para revertir su
destino, en la mayoría de los casos no pierde totalmente su costado humano y ayuda a
su hermano caído en un precipicio o libera a María del ataque de un gaucho.
Nicanor-lobo solo actúa bajo el influjo de la luz de la luna, pero cuando María
sea su luna solo ella le marcará el camino hacia la salvación, aunque ese camino, como
el de todo héroe, esté plagado de infortunios y pruebas difíciles de superar. El
descenso a los infiernos será la etapa más difícil, y desde allí volverá renovado,
maduro, con un hijo y una familia que lo acompañarán en su vida como hombre; solo
entonces emprenderá el regreso a su comunidad, donde estarán esperándolo sus seres
queridos para celebrar su reinserción plena en la sociedad.
Si bien la vida de Nicanor hasta el momento de revertir la maldición no es fácil,
muchos personajes serán sus ayudantes: la lechiguana y María en primer término,
pero también sus hermanos cuando lo reencuentran, y el padre que se arrepiente del
abandono y lo acompaña en los bautismos. En esta versión del mito, las fuerzas del
mal presentan atenuada su carga trágica; si bien hay pactos entre brujas y diablos y
escenarios infernales, prevalece la posibilidad de salvar la vida y el amor