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Risso Walter, 2000. Jugando con fuego
Un señor de cincuenta años separado y vuelto a casar había desarrollado una paranoia afectiva por miedo a que su esposa quince años menor que él y muy atractiva le fuera infiel Con el tiempo las estrategias retentivas desarrolladas se habían convertido en un verdadero arsenal de espionaje y control una KGB en miniatura personalizada y casera Detectives, grabaciones, prohibiciones, y alguna cachetada de vez en cuando habían logrado poner en jaque a la atribulada señora es decir en su sitio totalmente inmovilizada y controlada
Respuesta:
Un señor de cincuenta y dos años, separado y vuelto a casar, había desarrollado una paranoia afectiva (celos) por miedo a que su esposa,quince años menor y muy atractiva, le fuera infiel. Con el tiempo, las estrategias retentivas desarrolladas se habían convertido en un verdadero arsenal de espionaje y control; una KGB en miniatura, personalizada y casera. Detectives, grabaciones, prohibiciones y alguna cachetada de vez en cuando, habían logrado poner en jaque a la atribulada señora; es decir «en su sitio», totalmente inmovilizada y controlada.
Cuando, a veces, bajo el agobio aplastante de la hipervigilancia, la mujer insinuaba un incipiente y dubitativo noo, él aplastaba de inmediato el intento de sublevación: Eres poca cosa,, solía decir con profunda indignación. Lo que en otros términos significaba: Eres menos que yo.
Esta actitud disminuía las probabilidades de mantener su pareja pero creía tener la certeza virtual de que ella nunca lo dejaría. Daba lo mismo que fuera por amor o por la fuerza, lo importante era sujetarla y mantenerla bajo control domiciliario. Sin embargo la ostentación del poder no era más que una fachada para no revelar que era mucho más débil que ella. En realidad, la sumisión que mostraba la joven señora no era producto del apego, sino una estrategia de supervivencia ante un depredador evidentemente peligroso.
Ella quería liberarse y estaba dispuesta a escapar a la primera oportunidad. Como suele ocurrir en estos casos, tanta persecución y vigilancia lograron finalmente que la tan temida profecía se hiciera realidad. Ella lo dejó por otro; curiosamente, el detective que su propio marido había contratado. Nadie sabe para quién trabaja.
Explicación:
Yo tampoco sabia la respuesta, pero busque el texto en internet es un libro de paga pero lo logre descargar. Cojan este tip como consejo o truco para otra pregunta como esta o similar.