• Asignatura: Religión
  • Autor: Cristinaomontemejia
  • hace 5 años

Una petición a Jesús para que te fortalezca y sigas dando testimonio como bautizado

Respuestas

Respuesta dada por: usuario99aqp
2

Respuesta:

bueno Dios nos prometió darnos sabiduría para salvarle siempre cuando seamos justos honrados por la vida que nos dio Dios

Explicación:

espero que te haya a ayudado

seguirme para mas consejos

Respuesta dada por: s6s7d
1

Respuesta:

Breve reflexión

Todos nosotros hemos sido bautizados. Desde entonces contamos con la presencia y asistencia del Espíritu

Santo en nuestras vidas.

El Espíritu Santo nos impulsa, nos ilumina, nos guía en nuestro caminar cristiano, nos va indicando cómo

hacer el bien a los que nos rodean y, gracias a sus inspiraciones, podemos obrar el bien.

Jesús fue una persona plena del Espíritu Santo, toda su vida y ministerio fue guiado por el Espíritu Santo.

Por eso leemos en el Evangelio que fue una persona que se la pasó haciendo el bien, buscando siempre

el bien de la otra persona; por eso, sus milagros, palabras, el dar el perdón a los que lo necesitaban para

liberarlos de esa carga. Podemos decir con toda verdad que Jesús es el sacramento del Padre, es decir, que

como es Jesús así es el Padre Celestial.

Jesús optó por vivir y hacer presente el Reino en toda situación. El Reino es el presencia de Dios en nuestras

vidas. Jesús obró el bien, actúo el Reino. Gracias a la fuerza, a la inspiración del Espíritu Santo que habitaba

en él, gracias a que siempre fue dócil a su acción, todas las obras de Jesús fueron manifestación del Reino.

Como bautizados, que tenemos el Espíritu Santo en nosotros, estamos llamados a hacer presente el Reino

viviendo y haciendo el bien, optando por los valores del Reino, que nos llevan a buscar siempre lo bueno

que hay en las personas y cosas. Gracias al Espíritu que habita en nosotros, podemos ser justos, amables,

serviciales, solidarios; podemos vivir la paz, el amor, dar el perdón, ser personas de reconciliación, hacer

de nuestra vida una entrega generosa al bien de las demás personas.

Con el Espíritu Santo podemos construir el Reino de Dios en nuestra realidad concreta, para que nuestra

sociedad sea transformada y todos vivamos como verdaderos hermanos y hermanas.

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