Cuando el gigante y su mujer regresaron de la despensa, encerraron a Murmurita dentro de la
bota. Al cabo de tres o cuatro días, el gigante, que era muy glotón, fue y le dijo
a Murmurita: —Tú, mocosa, saca un dedo por este agujero de la bota, que quiero ver si ya estás gordita. Pero Murmurita, en vez del dedo, sacó la cola del ratón. ¿Véis ahora para qué la quería? En
cuanto el gigante vio aquella cosa tan escuchimizada, se puso muy furioso. — ¡Oye, tú—le dijo a su mujer—¡A ver si le das de comer a esta mocosa, que no engorda!
¡Auméntale la ración!
Una semana más tarde, el gigante le pidió de nuevo a Murmurita que le enseñara el dedo. Pero esta vez había perdido la cola y no pudo engañarle. — ¡Ah, veo que ya estás más gordita! ¡Creo que te voy a comer hoy mismo!
Al gigante se la hacía la boca agua sólo de pensar en lo sabrosa que estaría la niña, y, dirigiéndose a su mujer, le dijo: — ¡Oye, tú, prepara la olla que yo voy a buscar a mis amigos para invitarles
al banquete!
Respuestas
Respuesta dada por:
2
Respuesta:
nose
Explicación:
lo siento mucho mi panq
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