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Los signos de puntuación son señales o marcas gráficas que permiten al redactor estructurar un discurso escrito, al tiempo que le permite al lector identificar las inflexiones del texto, es decir, el modo de entonación y las pausas necesarias que facilitan su comprensión.
Los signos de puntuación cumplen una importante función en la lengua escrita, pues su correcto uso permite comprender de forma coherente y sin ambigüedades el contenido de un texto.
Por medio de los signos de puntuación se estructuran los textos, ordenando y jerarquizando las ideas en principales y secundarias, lo que permite al lector una mejor interpretación, análisis y comprensión del contenido.
Tipo de signos de puntuación
Los signos de puntuación poseen unas normas generales establecidas para hacer el correcto uso de los mismos. Sin embargo, es posible, que cada individuo haga un uso particular de los signos pero, considerando siempre las normas generales implantadas.
El punto
El punto (.) indica la pausa que se produce al final de un enunciado. Después de punto siempre se escribirá con mayúscula, salvo en el caso de que aparezca en una abreviatura. Existen tres clases de punto:
El punto y seguido: se emplea para separar los distintos enunciados que forman un párrafo. Después de un punto y seguido se continúa a escribir en la misma línea.
El punto y aparte: separa párrafos distintos. Tras el punto y aparte, la escritura debe de continuar en la línea siguiente, en mayúscula y sangrada.
El punto y final: es el punto que cierra un texto.
Vea también el significado de Punto.
La coma
La coma (,) marca una pausa breve dentro de un enunciado.
Se emplea para separar componentes de la oración o sintagma, salvo que este precedido por alguna conjugación como y, e, o, u, ni. Por ejemplo, “Andrea llegó de la escuela, hizo los deberes, tomó baño y se durmió”.
Se usa para encerrar incisos o aclaraciones y para señalar omisiones. Por ejemplo, “Si vienes, te esperamos; si no, nos vamos”.
Separa la parte entera de un número de la parte decimal. Por ejemplo, 3,5 km.
Las locuciones conjuntivas o adverbiales van precedidas y seguidas de coma. Por ejemplo, en efecto, es decir, en fin.
Los dos puntos
Los dos puntos (:) representan una pausa mayor que la coma, pero menor que la del punto. Se usa en los siguientes casos:
Antes de una cita textual y como un llamado de atención. Por ejemplo, “Dice el refrán: más vale tarde que nunca”.
Antes de una enumeración. Por ejemplo, “Las cuatro estaciones del año son: primavera, verano, otoño e invierno”.
Tras las fórmulas de cortesía que encabezan las cartas y documentos. Por ejemplo, "Estimada profesora:"
Entre oraciones relacionadas sin nexo cuando se expresa causa – efecto o una conclusión. Por ejemplo, “Perdió el trabajo, la casa, el carro: todo por el juego”.
El punto y coma
El punto y coma (;) representa una pausa mayor que la coma, pero menor que la del punto y seguido. Se emplea en los siguientes casos:
Para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones complejas que incluyen comas. Por ejemplo, “Su pelo es castaño; los ojos, verdes; la nariz, respingona”.
Ante las conjugaciones (pero, aunque y mas), cuando se introduce una frase larga. Por ejemplo, "Hace muchos años deseaba visitar ese lugar; pero hasta el sol de hoy no había tenido oportunidad".
Los puntos suspensivos
Los puntos suspensivos (…) están formados por tres puntos en línea y sin espacio entre ellos. Se emplea en los siguientes casos:
Al final de las enumeraciones abiertas, con el mismo valor que el etcétera. Por ejemplo, “1, 2, 3, …”.
Cuando se deja una expresión incompleta o en suspenso. Por ejemplo, “A pocas palabras…”.
Para expresar dudas, temor o vacilación.
Cuando se reproduce de forma incompleta una cita textual, texto o refrán. Por ejemplo, "Cuando Gregorio Samsa se despertó (...), se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto" (Kafka, La metamorfosis).
Signos de interrogación y de admiración
El uso de los signos de interrogación (¿?) marca el principio y el fin de una pregunta formulada de manera directa. Por ejemplo, “¿Qué quieres?”.
Los signos de admiración o exclamación (¡!) son usados en los enunciados que expresan un sentimiento o emoción intensa. Por ejemplo, “¡qué fracaso!”, “¡fuera de aquí!”. También, en las interjecciones, “¡ay!”, “¡oh!”.
Cabe destacar que el uso de los signos de interrogación y admiración dobles, es decir, abiertos y cerrados, es exclusivo de la lengua castellana.
El uso de los signos de admiración e interrogación dobles se estableció por decisión de la Real Academia de la Lengua en el año 1754. Fue consecuencia de las continuas confusiones de lectura derivadas de la ausencia de elementos gráficos que anunciasen las preguntas o las admiraciones.