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Reflexión
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. ... 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
Los vicios que hay que corregir. Jesús critica a las personas para quienes la oración es una repetición de fórmulas mágicas, de palabras fuertes, dirigidas a Dios para obligarle a atender a sus necesidades. La acogida de la oración por parte de Dios no depende de la repetición de palabras, sino de la bondad de Dios que es Amor y Misericordia. El quiere nuestro bien y conoce nuestras necesidades antes de que expresemos nuestras preces.
Y, al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
Vosotros, pues, orad así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga tu Reino;
hágase tu Voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy;
y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal.
Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
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