Respuestas
Respuesta:
Abriendo mis pétalos
Explicación:
Desde que tengo uso de razón, se que a mi padre le gusta cuidar plantas. plantas de todo tipo.
Le habla a las rosas, saluda a las orquídeas y siempre termina quitandose espinas por intentar chocar los cinco con su colección de cactuses.
por obvias razones, yo desarrolle una pasión parecida, tarde en hacerlo, y obviamente muchas plantas murieron antes de que se me considerara una jardinera respetable, pero siempre se empieza con algo y fue un domingo... ¿o era un sabado? un domingo, un domingo en la mañana qje despues de comer un enorme plato de cereal me acerqué a él en su pequeño pero colorido vivero y le pedí una planta. no se si lo llamaria pedir, más bien lo exigí, si, por que ser educada nunca fue mi fuerte.
en cualquier caso, conseguí mi planta, la lleve de regresó a casa, a mi habitación y ahí la miré fijamente. era bonita, ¿quizá una gardenia? tenia bellos petalos blancos que me recordaban a aquella camisa Blanca qje mi padre usaba en los domingos para ir a la iglesia, y que mi madre siempre le reprochaba por manchar con tierra. toda esa planta destilaba una vibra parecida a la de mi padre. quizá por que él la había cuidado y acomodado justo para mi.
Los días pasaron, y cono cualquier niño, me fui olvidando de la planta. a su vez las cosas en mi casa comenzaban a ponerse agrias.
Mis pequeñas exigencias eran cada vez más irrespetuosas sin que me diera cuenta, quién si se daba cuenta era él, que gustaba de mandarme a mi habitación a hacer berrinche.
la planta comenzaba a secarse, a caer al mismo tiempo que yo... ¿o mi padre? ya no gustaba de cantarle a sus plantas, desde que las peleas habian iniciado todo era demasiado... frio, y serio, y no me daba cuenta que a él le dolia mas que a mi.
hssta que sus ultimos pétalos cayeron.
un crudo dia de otoño que habíamos peleado especialmente fuerte. yo ahora además de molesta estaba golpeada, y lloraba de la rabia y fue cuando la vi. Pa bonita planta de petalos blancos como la camisa de los domingos era ahora un vil palo seco, sin un solo ápice de vida.
lloré aun más.
Otro domingo, por que tidas las buenas historias empiezan en domingo, fui a pedir itra planta y cuando pregunto por que, le mostré la marchita. él la acuno en sus brazos y le pidió perdón, y después, como si algo invisible me hubiera empujado, yo lo abrace.
ambos pedimos perdón, se lo pedimos a la planta y emtre ambos le cuidamos de nuevo. su tallo recuperó el color verde, y para ese momento mi padre y yo aun peleabamos, pero todos los domingos dejabamos de lado eso para cuidar a nuestra Gardenia.
fue cuando sus hojas se abrieron, que pudimos expresar abiertamente nuestras emociones.
Él no me exigiría tanto y yo cuidaría mis respetos hacía él.
La Gardenia creció lo que debia crecer, y se mantuvo ahí por mucho tiempo, incluso cuando me fui de la casa.
apuesto que sigue ahi.