Respuestas
Respuesta:
En la orilla de un río, un leñador se lamenta.
- LEÑADOR 1. (Muy disgustado) ¡Se me ha caído el hacha al agua! ¡Qué mala suerte! ¿Qué haré ahora?
Aparece un hada.
- HADA. ¿Por qué lloras amigo?
- LEÑADOR 1. Se me ha caído el hacha al río.
El hada se sumerge en el río y sale con un hacha de oro.
- HADA. Por casualidad, ¿no será esta tu hacha?
- LEÑADOR 1. (Desilusionado). Pues no. Lo siento. La mía es un hacha normal, con la hoja de hierro y el filo un poco gastado.
- HADA. (Sonriendo muy satisfecha.) ¿Sabes qué te digo? Que has sido tan honrado que mereces quedártela. (Acercándole el hacha de oro al leñador.) Toma, para ti. Te la regalo.
El leñador se aleja muy contento. De detrás de un árbol sale otro leñador que lo ha oído todo.
- LEÑADOR 2. Tiraré mi vieja hacha al río. Así conseguiré un hacha de oro. (La tira.) ¡Oh! ¡Mi hacha! ¡Mi hacha!
Aparece de nuevo el hada.
- HADA. ¿Tú también has perdido el hacha?
- LEÑADOR 2. Pues... sí. A ver si puedes encontrármela.
El hada se zambulle en el río.
- HADA. ¿Será ésta? (Le enseña un hacha de oro.)
- LEÑADOR 2. (Muy contento.) ¡Síííí! ¡Esta es! ¡Mil gracias!
- HADA. (Enfadada.) ¡No es cierto! Ésta no es tu hacha. Y por avaricioso, te quedarás sin ninguna. ¡Adiós!
Explicación:
que no hay que estar espiando por que dios es el unico que nos mira que estamos haciendo