Las élites de América como veían a Europa y como consideraban a los pobladores de Latinoamérica.
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En la perspectiva de este trabajo basado en gran parte en la producción historiográfica reciente — aunque si toma en cuenta fuentes documentales originales especialmente en la parte "prospectiva" dedicada al caso de Venezuela —, una constatación se impone de entrada: el relativo éxito de los estudios dedicados a los estratos superiores de la sociedad colonial hispanoamericana. Y esto tanto en el mundo universitario anglosajón — tradicionalmente orientado hacia ese tipo de investigaciones — como en las aulas europeas y desde hace poco tiempo en los países formados a raíz de la desintegración del imperio español. No nos toca aquí analizar el por qué de esta tendencia, sus fundamentos propiamente científicos o incluso ideológicos. Ahora bien, una evolución merece ser señalada por lo que se refiere a la investigación histórica, fundada en corrientes historiográficas como por ejemplo de Los Anales: la orientación de la historia latinoamericana ya no hacia la acción individual sino hacia la acción colectiva. Como lo indicamos anteriormente, este vuelco refleja indudablemente un movimiento general de la historiografía americanista: mientras se insistía tradicionalmente en el estudio de las instituciones —a través de las cuales actuaban los individuos quienes al mismo tiempo recibían su influencia), las investigaciones se orientan ahora y preferentemente hacia los grupos sociales: categorías o clases socioeconómicas, grupos socioculturales (castas) y las entidades corporativas. Evolucionan incluso hasta una conceptualización más cultural que con frecuencia desemboca en la historia de las mentalidades En esta evolución significativa de la historiografía radica principalmente la orientación preferencial de los estudios hacia las "élites"1.
2De la misma manera, esta temática y esta conceptualización implican la utilización de métodos específicos tales como la prosopografía y las genealogías sociales, que facilitan la interpretación de una realidad compleja por esencia ya que abarca tanto el campo de lo económico (riqueza del grupo considerado ya que las élites coloniales se pueden definir a grandes rasgos como los detentores de la riqueza y del poder) como de lo social (el estatuto social logrado o por lograrse), político (poder efectivo, los actores reales) y cultural (sistema de valores, formación de un sector "intelectual" en relación directa o indirecta con las llamadas "élites de poder"). En última instancia la problemática de las élites nos lleva en efecto al problema del ejercicio del poder — teniendo en cuenta sus diversas acepciones locales — y a sus relaciones con las distintas formas de saber, más fáciles de delinear a través de esas "biografías colectivas"2.
3 A partir de una valoración crítica de estos elementos definitorios, de los criterios manejados y por lo tanto de un balance de los trabajos realizados hasta ahora sobre este tema para las distintas regiones y entidades político-administrativas que conformaron el imperio de América se vuelve posible establecer no sólo constantes de esa aprensión sino también, al relativizarlas, la especificidad de los referidos grupos económico-sociales, en las distintas provincias existentes, más particularmente en el caso de Venezuela. Está por demás recalcar que esta elección tiene como consecuencia una aproximación regional, la que constituye en realidad el fundamento del estudio de estas élites. El enfoque comparatista — combinando por lo tanto diacronía y sincronía — representa por lo tanto un aspecto no desdeñable de estas interpretaciones, sugiere sobre todo unas posibles "pistas" de investigación. No deja de recoger además las enseñanzas de maestros como Marc Bloch y Fernand Braudel, partidarios del método comparado...
Pluralidad de las definiciones y recurrencia del modelo hispánico: hacia una redefinición de las élites
4Ahora bien, una advertencia se impone a la hora de abordar este tema, relativa precisamente a su elección. Aparte de la motivación ideológica que pueda intervenir en el asunto, hay que considerar la vertiente "práctica" de este tipo de investigación, la de las fuentes. Salvo contadas excepciones, la literatura administrativa y diplomática española no se refiere a "los de abajo" y menos todavía es producto de estos estratos de la sociedad colonial. En el mejor de los casos, es reflejo, información que se tiene que complementar con otro tipo de fuentes. En este sentido, el estudio de las capas superiores de esta sociedad se beneficia de una mayor accesibilidad de las fuentes y de su gran variedad, pese a las apariencias iniciales: administrativas, fiscales, notariales, judiciales, religiosas, hemerográficas etc. ...4. De ahí la posibilidad que se nos ofrece de identificar y caracterizar a ciertos — por no decir a buena parte— de los actores reales del proceso que se llevó a cabo en Venezuela en las décadas anteriores a la revolución de Independencia.
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espero haberte ayudado saqua algo de hay
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