Respuestas
Los gastos se pueden clasificar atendiendo diversas particularidades:
Gastos fijos o variables: Los gastos fijos son aquellos que, independientemente de los resultados de la compañía, mantienen los mismos valores cada mes. Un ejemplo de este tipo sería el alquiler de un local. Los gastos variables, en cambio, son aquellos que dependen del volumen de la actividad. Por ejemplo, a mayor producción, mayor será el gasto de materia prima.
Gastos con flujo o sin flujo: Los gastos con flujo se refieren a aquellos pagos que realiza la compañía desembolsando sus propios fondos. El segundo tipo hace referencia a aquellos gastos que no requieren un desembolso de la compañía, como los gastos de provisión.
Gastos directos o indirectos: Los gastos directos se refieren a los asumidos directamente por la compañía, como el pago a proveedores, mientras que los indirectos son aquellos que se relacionan con la producción o la comercialización.
Gastos a corto o largo plazo: Los gastos a corto plazo están asociados con la liquidez de la organización, es decir, la capacidad de un bien para ser convertido en dinero efectivo. Los gastos a largo plazo, por su parte, tienen que ver con la solvencia. La solvencia está asociada a las cuentas contables ya que surge de la diferencia entre los activos y los pasivos, es decir, del dinero que ingresa y del que se pierde.