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Respuesta: como asi nena
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.11 de la mañana y el televisor estaba con el volumen bajo. Seguía con la computadora y no prestaba atención al programa. Quizás me distraje un momento, pero cuando quise acordar, la conductora hablaba de algo que había sucedido en Sierra Chica. El invitado y los dos conductores empezaron a arrojar datos que no terminaba de unir: violaron a una jueza, voto de silencio en el juicio, en el libro se cuenta la verdad de cómo sucedió, les hicieron comer empanadas de carne humana. En ese momento, deseché lo que estaba haciendo y directamente abrí Google y busqué el nombre del libro que habían mencionado: Los 12 apóstoles de Luis Beldi.
No tenía ni idea del motín que sucedió en la Semana Santa de 1996 en una de las prisiones de alta seguridad de la Argentina. En un intento de fuga, al mando de 12 presos, la cárcel es tomada y se desata una toma de rehenes y un violento enfrentamiento con rituales macabros.
Luis Beldi es periodista y el libro comienza con el encuentro que tiene en Retiro con uno de los apóstoles, el único que se encuentra en libertad. Es en este viaje a Sierra Chica, a la prisión donde ocurrió todo, que toma forma la historia. Primero, conocemos a los personajes, su pasado, de dónde vienen y porqué llegaron a convertirse en reclusos.
Como es de esperarse, las historias que allí convergen no tienen nada de tranquilas. Si hablamos de este grupo de prisioneros en una cárcel de alta seguridad, podemos deducir que no hay ningún rastro de suavidad en lo que se cuenta. Ya en la segunda parte, el autor se lanza a reconstruir el día a día de la toma que duró ocho días. Muchos sabrán cómo terminó la historia, yo no lo sabía ni quise leer demasiado hasta no tocar el libro.
En realidad, muchas de las cosas que escuché ese día al pasar, en la televisión, fueron aquellos comentarios que se hicieron mientras duró la toma. Lo sucedido dio espacio a diferentes rumores que acumulaban datos o los quitaban, sino los modificaban. Me encontré con qué en efecto hubo una jueza, con que retuvieron a 17 rehenes y dejaron detrás ocho muertos. Me encontré con que todo empezó con un intento de fuga que se mezcló con venganzas arrastradas por la bronca contenida.
¿Cómo contar toda la información que compone al caso? Luis Beldi lo hace perfectamente. Se transforma en una novela macabra que no aburre y abunda en detalles que uno prefiere no conocer o se niega a hacerlo. Por el contrario, atrapa al mejor estilo del género de suspenso aunque se trate de no ficción.
El mundo de las cárceles se transformó en una cultura dentro de mi propia cultura. Tiene sus códigos, sus leyes, su lenguaje, su identidad. Beldi no sólo profundizó en la toma en sí, sino que permite al lector conocer ese sub-mundo dentro de cuatro paredes donde los mismos reclusos ajustan cuentas pendientes y se las ingenian para sobrevivir a la violencia, la marginación y la abstinencia.
Hay muchos lugares que sólo conozco a través de los libros. Beldi nos hace desembocar ahí dentro contándonos de la forma más real posible lo que allí sucede. Provoca miedo, claustrofobia y molestia. Lo que parecía un libro sobre un hecho en particular se terminó convirtiendo en esa cerradura por la cual espiar a quienes la violencia les significa sobrevivir.