Respuestas
Respuesta:
En un mundo tendiente a la integración comercial, en donde los intereses
económicos entran en conflicto con diversos intereses de la sociedad actual,
encontramos una fuerte tensión entre la liberalización comercial y la protección
del medio ambiente, un choque de culturas, teorías y asunciones.
Quienes trabajan en pro de la liberalización comercial, buscan limitar los
esfuerzos para ligar la creación de políticas comerciales a las políticas de
protección del medio ambiente. Incluso, en algunos casos, buscan eliminar
completamente tales esfuerzos. Un claro ejemplo de la hostilidad que presenta
la comunidad del comercio internacional hacia un serio compromiso
ambientalista es que las negociaciones para un Area de Libre Comercio para las
Américas —ALCA— se iniciaron con la decisión expresa de excluir de la agenda
temas ambientales.
Algunos economistas argumentan que es mejor mantener fuera del proceso de
creación de políticas comerciales temas como el control de la contaminación y la
administración de recursos naturales. Por otra parte, también existen
economistas que intentan colocar la creación de políticas comerciales en un
contexto más amplio y tolerante, con la intención de construir dentro del sistema
internacional de comercio una sensibilidad ambientalista. Sin embargo, en
realidad no existe la posibilidad de obviar el hecho de que el comercio y el medio
ambiente están ligados.
La única opción es elegir si las políticas que se elaboren en respuesta a esta
disyuntiva van a ser diseñadas de forma abierta y explícita, apegándose a la
lógica económica y política o van a ser diseñadas de forma implícita sin prestar
atención sistemática a las demandas de una buena creación de política.
Este artículo trata de explicar por qué la liberación comercial y la protección
ambiental presentan tal tensión e instar a los economistas a explorar más
agresivamente lo que puede hacer la teoría y la práctica económica para
resolver los conflictos que han surgido.
Explicación: