Respuestas
Respuesta:
espero ayudarte
Explicación:
Alonso Quijano es, según se lo describe, un hombre viejo, desgarbado y extremadamente delgado. Habitualmente se representa con barba y llevando una armadura destartalada.
Cervantes lo describe como “avellanado” y que “frisaba la edad (…) con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro” (Capítulo I de la primera parte).
Desde el punto de vista psicológico, Don Quijote es un hombre terco, de firmes opiniones y valiente. Su enorme imaginación le permite ver el mundo real como si fuera el de los libros de caballería. En ese sentido, Don Quijote no actúa como un loco, sino como un niño que se cree su propio juego.
Particularidades de su locura :
Don Quijote ve gigantes donde hay molinos de viento y ejércitos enemigos en donde cruzan rebaños de ovejas. Pero por otro lado, tiene breves instantes de lucidez, en los que demuestra un razonamiento claro y una sabiduría discreta.
Por esta contradicción, se lo puede considerar más un visionario que un loco. En su presencia, las fronteras entre las personas “normales” y el delirio se ven obligadas a pensarse de nuevo.
Relación con Sancho Panza :
don quijote sancho panza
La relación con su escudero crea los más divertidos diálogos y situaciones.
La relación entre Don Quijote y Sancho Panza es sumamente rica, y engendra los más divertidos diálogos e interacciones entre el supuesto caballero andante y su supuesto escudero. En ese sentido, podemos resumirla en dos instantes:
La primera parte. Don Quijote delira y empuja a Sancho a mirar el mundo a través del cristal de su imaginación. Lo convence de que las cosas son realmente como el Quijote las mira y que, en todo caso, algún hechicero pudo haber confundido la mirada de su escudero para impedirle ver el ejército enemigo, disfrazándoselo de rebaño de ovejas.
La segunda parte. Los roles se invierten: Don Quijote recupera su cordura y empieza a ver el mundo tal y como es, lo cual lo lleva a la depresión y a enfermarse. Mientras tanto, Sancho Panza, conmovido por la salud de su patrón, se empeña en hacerle recuperar al delirio y en convencerlo que son ahora sus ojos los que le engañan, presa de algún hechizo maléfico.