• Asignatura: Historia
  • Autor: nataliab230
  • hace 9 años

necesito el resumen del capitulo numero 3 del libro capitanes intrepidos por favor 

Respuestas

Respuesta dada por: julisithaw
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.Harvey sollozaba impresionado por los gritos y la determinación del capitán. A su lado permanecía Dan, dispuesto a hacerle comprender que debía respetar la decisión de su padre, al que él y los demás marineros tenían por un hombre justo. Ambos conversaron durante un largo rato, y el niño rico serenó su mente. Logró, por fin, reconocer que su comportamiento no había sido el más adecuado hacia quienes le habían salvado la vida. Dispuesto a rectificar, se fue en busca del capitán Troop, quien se mostró dispuesto a escuchar las excusas ofrecidas por el chico. Aunque le costaba ser humilde, Harvey pidió disculpas por todo lo que había hablado sin pensar.-Cierto y justo; justo y cierto –respondió Disko-. Muchacho, si sigues por este nuevo camino, el del respeto a los demás, te convertirás en todo un hombre. Esto demuestra que no te juzgué mal la primera vez que te vi. Aunque estabas ofuscado, sí eres capaz de razonar –dijo colocando su enorme mano sobre el hombro del chico-. No pienso nada malo de ti, Harvey, por ninguna de las cosas que han pasado. Ahora que estamos en paz, ve a hacer lo que Dan te indique.

julisithaw: Con voz entrecortada, luchando contra su orgullo, el chico le agradeció a Manuel que le hubiese salvado la vida, a lo que el pescador bromeó para restarle importancia. Sin embargo, Harvey estaba sinceramente agradecido. Y como muestra de ello, tras ver que el bote de su salvador necesitaba una mano de limpieza, no esperó a que Dan lo hiciera, sino que él se puso manos a la obra con un estropajo.
julisithaw: A decir verdad, al muchacho no le faltaba interés, pero sí habilidad, algo que obtendría con la práctica. Y tuvo muchas oportunidades, puesto que él se encargaría de limpiar con esmero cada bote que iba siendo subido a la cubierta del Estamos Aquí. ¿Qué quiere decir con esmero? Pues que lo hacía con tiempo, paciencia e ilusión.
julisithaw: Cuando todos hubieron regresado, comenzaron los turnos para sentarse a la mesa a comer. Dan, Manuel, Harvey y otros marineros se sentaron frente a un plato de bacalao, cerdo y papas. Todo ello acompañado de una hogaza de pan caliente y una taza de café.
julisithaw: Aunque estaban hambrientos, nadie comenzó a comer hasta que el último de los hombres terminó de agradecer a la Providencia el buen resultado de la jornada de pesca.
Una de las principales labores a bordo consistía en limpiar el pescado y guardarlo –ordenadamente- en la bodega, conservado en sal, para que se mantuviera fresco hasta llegar al puerto.
julisithaw: Esta tarea se llevaba a cabo tras la comida. Todos se acercaron a la cubierta de popa, donde el plateado pescado se amontonaba. Unos marineros abrían el pescado y lo descabezaban, lo limpiaban de espinas y vísceras, y bañaban en un barril con agua; otros –abajo en la bodega- lo salaban y almacenaban en barricas. Aquel era un verdadero trabajo en equipo que maravilló a Harvey, por la habilidad con la que todos trabajaban coordinados.
julisithaw: Y por el esmero que ponían en ello.
Con el fin de hacer más amena la dura tarea, los marineros cantaban viejas canciones, como esta:

Y así, cierto domingo,
se casó con Linda Tingo…
¡Qué hombre tan patán!
¡Qué hombre tan patán!
julisithaw: ¡Cinco duros pide el suegro,
no hay más tonto que este negro!
¡Qué hombre tan patán!
¡Qué hombre tan patán!

Al cabo de una hora, el chico ya deseaba poder descansar, pero se sobrepuso y siguió esforzándose; pues por primera vez en su vida sentía que estaba haciendo algo de lo que sentirse satisfecho.
julisithaw: Cuando todo el trabajo se había completado, era labor de los grumetes limpiar la sal derramada en la bodega, y la cubierta, repleta de espinas y tripas que habían de arrojarse por la borda. Alguna orca hambrienta se acercó hasta el velero en busca de cabezas de pescado, y se fue con el estómago bien lleno.
julisithaw: Y tras la limpieza, la guardia nocturna. Harvey tenía tal cansancio y sueño que apenas podía mantener los ojos abiertos.
-Harvey –le dijo Dan-, me caes muy bien, pero como te duermas te despertaré a coscorrones.
Los grumetes eran los encargados de hacer la primera vigilancia de la noche. Era preciso estar alerta y mantener las luces constantemente encendidas, de modo que el barco pudiera ser visto por cualquier buque de gran tamaño que se acercara, y así evitar un dramático accidente.
julisithaw: Harvey y Dan, convenientemente abrigados con jersey azul y gorra de lana, permanecieron despiertos toda la noche. El nuevo grumete había estado bostezando y hasta llorando de agotamiento, pero Dan trató de calmarlo recordándole el valor del deber cumplido. Al llegar las diez de la mañana, uno de los marineros subió a la cubierta y encontró a los dos muchachos desplomados, uno sobre el otro, tan profundamente dormidos que tuvo que llevarlos él mismo hasta sus respectivas camas.
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