Respuestas
Respuesta: EL CONCEPTO más generalmente aceptable de lo que hoy podría llamarse "vitalismo" postula la existencia real de uno o más elementos inmateriales en la constitución de los seres vivos (generalmente, de los organismos superiores, malgré Teilhard de Chardin), que ejercen distintos niveles de control sobre sus actividades conscientes e inconscientes y poseen diferentes grados de trascendencia y de relación con la divinidad. A pesar de la opinión de los Medawar "... el vitalismo se halla en el limbo de lo que no se toma en cuenta" (válida quizá para las culturas de países desarrollados), las íntimas relaciones del vitalismo con la idea tradicional del alma le conceden no sólo vigencia sino plena actualidad en el Tercer Mundo, y no sólo entre los científicos.
Una historia detallada del concepto de "alma" no sólo llenaría un pesado volumen sino hasta una biblioteca de dimensiones borgianas. Tal relato debería iniciarse con un análisis de las delgadas láminas de oro inscritas con versos órficos, descubiertas en Tourioi y Petelia (en la antigua Grecia), cuyos orígenes se remontan a los tiempos en que esos cultos estaban vigentes, o sea el siglo XI a.C. En ellas aparece por primera vez, entre los antecedentes históricos de nuestra cultura occidental, la palabra psyché) cuya traducción más aceptable es alma. El principal objetivo de los ritos órficos era liberar al alma de la "rueda de la reencarnación" en animales o plantas, permitiéndole transformarse otra vez en un dios y gozar de la felicidad eterna.Para tranquilidad del amable lector, me apresuro a señalar que mis intenciones en estas líneas no tienen aspiraciones tan enciclopédicas. Mi interés es mucho más modesto: examinar lo que aún queda en nuestro tiempo de la postura filosófico-científica en biología que, poseedora de una antigua y rica tradición, adoptó a principios del siglo XIX el nombre de "vitalismo".
Aunque este relato se centra en el ambiente científico del siglo pasado y del presente, es obvio que el concepto de "alma" ocurre en todos los tiempos y en todos los ámbitos de la aventura humana, incluyendo a la religión, el arte, la filosofía, la ciencia y la vida cotidiana de todos los hombres. El "alma" forma parte inseparable de nuestra cultura occidental y se identifica más fácilmente con el "yo" que la anatomía que supuestamente la contiene. ¿Podemos imaginarnos lo que sería de todos los poetas, los novelistas, los exégetas religiosos y la mayoría de las cultas damas si de pronto se aprobara una ley universal que proscribiera la existencia (y la discusión de la existencia) del alma humana?
La postura conocida en biología como vitalismo se inició formalmente a fines del siglo XVII y principios del XVIII con otro nombre ("animismo") en la ciudad alemana de Halle. Su padre fue Georg Ernst Stahl, un médico nacido en 1659 en el seno de una familia inscrita en la secta religiosa pietista. El animismo de Stahl surgió como una alternativa a las teorías en boga en su época, la iatromecánica y la iatroquímica, que eran incapaces de explicar esas dos maravillosas propiedades del cuerpo humano: su conservación y su autorregulación. En lugar de admitir que había muchas cosas en la naturaleza que no podían explicarse con los conocimientos de su época (lo que hoy es igualmente cierto), Stahl optó por la solución más socorrida en toda la historia: se inventó una explicación ad hoc. Esta es quizá una de las características más constantes del Homo sapiens, su incapacidad para aceptar la incertidumbre , para decir "no sé", cuando realmente no sabe. Naturalmente, Stahl no inventó el "anima" sino que la utilizó para explicar todo lo que la medicina y la biología de su tiempo no podían explicar.
En el sistema de Stahl, el "ánima" se transforma en el principio supremo que imparte vida a la materia muerta, participa en la concepción (tanto del lado paterno como del materno), genera al cuerpo humano como sus residencia y lo protege contra la desintegración, que solamente ocurre cuando el "ánima" lo abandona y se produce la muerte. El "ánima" actúa en el organismo a través de "movimientos", no siempre mecánicos y visibles sino todo lo contrario, invisibles y "conceptuales" pero de todos modos responsables de un "tono" específico e indispensable para la salud. Como ocurre con la mayoría de estos esquemas imaginarios, el animismo contesta todas las preguntas, aclara todas las dudas y resuelve todos los problemas.
Explicación:
DEL OFICIO DE CIENTÍFICO
* XIV. INVITACIÓN A LA CIENCIA
* XV. "¿Y SI NO SE ME OCURRE NADA?"
* XVI. LA VOCACIÓN CIENTÍFICA
* XVII. LA IMAGINACIÓN EN LA CIENCIA
* XVIII. LOS PRIMEROS PASOS DEL INVESTIGADOR CIENTÍFICO
* XIX. ¿QUÉ ES UN EXPERIMENTO CIENTÍFICO?
* XX. SOBRE EL ARTÍCULO CIENTÍFICO
* XXI. LA PROPIEDAD CIENTÍFICA
* XXII. EL ALQUIMISTA CIENTÍFICO
* XXIII. TRES CLASES DE HOMBRES DE CIENCIA
* XXIV. LA FUGA DE CEREBROS
* XXV. RAZÓN Y EMOCIÓN: ¿AMIGAS O ENEMIGAS?
* XXVI. LA CIENCIA BÁSICA Y LA ZANAHORIA
* XXVII. SOBRE LA EXCELENCIA CIENTÍFICA