leyendas cortas no larga cortas menos la de la llorona
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Miranda, una niña normal. Todo pasó una tarde como cualquier otra, Miranda estaba sola en casa ya que sus padres estaban todavía en el trabajo. Miranda estaba muy aburrida, no había nada que la entretuviese. Pensó en echarse una siesta o salir a jugar a la calle pero no le apetecía, su aburrimiento fue en aumento. Miranda quiso ir al cementerio la cual siempre le surgía la duda de cómo sería ir sola al cementerio, los padres le decían que no vaya al cementerio sola y le surgió la idea de escapar de casa,Nunca había estado sola y le dio miedo. Pero, decidida, entró al panteón. Cuanto más se adentraba, aunque el miedo no se le iba, más sentía una sensación de emoción. Miranda caminaba entre las tumbas, saltando de una para otra, leía lo que ponía en las descripciones, se sentaba a descansar, volvía a saltar. De repente, vio una tumba medio abierta, no se pudo resistir y subió, con cuidado, encima de ella por las orillas. En ese momento perdió el equilibrio y cayó sobre la tumba. Tristemente su cabeza impacto sobre el bordillo y se murió instantáneamente, pero este no fue el final de Miranda.