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La sociedad moderna es plenamente estamental. Existe una profunda desigualdad social, en la que los estamentos son mucho más cerrados que en la Edad Media. Ahora sólo se pertenece a ellos por nobleza de sangre.
La nobleza y el clero son los estamentos privilegiados. La nobleza se convierte en un estamento cerrado al que sólo se puede pertenecer por linaje, aunque es un estamento con fuertes diferencias económicas, en el que destacan los grandes de España (que son los más ricos), y a los que se contrapone la pequeña nobleza, como los hidalgos que viven gracias a los cargos públicos que se les conceden. En el siglo XVI la nobleza española se hace cortesana y tiende a vivir Madrid, cerca del rey. Los caballeros son una nobleza media, ya que poseían cierta fortuna.
El clero es, por su condición, un estamento más abierto, ya que ingresan en él personas de toda condición. Sin embargo, también había grados dentro de la Iglesia. Los cargos eclesiásticos más relevantes estaban reservados a personas pertenecientes a la nobleza, mientras que los curas párrocos rurales eran personas descendientes el pueblo. Sin embargo, las mayores diferencias económicas se daban entre los religiosos seculares y los que pertenecían a órdenes religiosas, con un capital patrimonial muy importante. También era muy importante el patrimonio de algunos obispados, como el de Toledo.
El privilegio de estas clases consistía, fundamentalmente, en la exención de pagar impuestos, y la aplicación de una legislación diferente, con jueces propios.
El estado llano era aún más heterogéneo, pues a él pertenecían desde la burguesía mercantil y financiera, que prestaban dinero a la corona, hasta los mendigos. La burguesía urbana controlaba el gobierno municipal y las Cortes, a través de los ciudadanos honrados que había en todas las ciudades. También había diferencia patrimonial entre elcampesinado, ya que había campesinos que podían arrendar o subarrendar sus tierras, y jornaleros que estaban en paro la mayor parte del año.
También hubo, en la sociedad de los siglos XVI y XVII, minorías perseguidas, como los moriscos o los gitanos. Con los mudéjares hubo conflictos desde que en 1499, tras la rebelión del Albaicín, los Reyes Católicos promulgaron la Pragmática de Conversión Forzosa, a la que siguió la rebelión de las Alpujarras en 1502. Pero los verdaderos conflictos con los moriscos se produjeron en el siglo XVI, porque como sus formas de vida rurales continuaban siendo tradicionales, los cristianos viejos dudaban de su conversión. Hubo muchos pogromos contra los cristianos nuevos, entre los que también estaban los judeoconversos. La rebelión más importante de moriscos se produjo en las Alpujarras, entre1568 y 1569, por los decretos que limitaban el derecho de propiedad a los moriscos. Finalmente el duque de Lerma, valido de Felipe III, promulga el Decreto de Expulsión. Los moriscos comienzan a salir de España el 22 de septiembre de 1609.
Otra minoría importante en los siglos XVI y XVII es la de los extranjeros, principalmente franceses y genoveses que se instalan en el reino de Aragón o Castilla, en busca de mejores condiciones de vida. El concepto de extranjero en está época incluye a todos los que no son naturales del reino, aunque pertenezcan a la misma corona.
Una minoría importante, y problemática, es la de los gitanos, que son vistos como vagabundos, sin oficio. Los gitanos llegan a España a comienzos del siglo XV. Son sistemáticamente perseguidos, y se intenta por todos los medios que se establezcan en ciudades. La primera pragmática en este sentido la promulgan los Reyes Católicos en1499, y se repetirá en múltiples ocasiones, hasta que en 1749 Fernando VI decrete la Prisión General que inició el proyecto de "exterminio" a través de la separación física de hombres y mujeres. Esta situación de persecución oficial continuó aún después de la pragmática 1783 Carlos III a pesar de que se les declaraba útiles a la Corona y no procedían de raíz infesta alguna.
Otra minoría importante fue la de mendigos y vagabundos, cuyo número es incierto, pero que fue aumentando, sobre todo en el siglo XVII. Una manifestación clara de esta forma de vida es la que se refleja en la novela picaresca. Contra los mendigos y vagabundos se decretan numerosas levas, que les obligan al servicio de armas forzoso; y las leyes de vagos, que les obligan a realizar diferentes trabajos.
También hubo en España esclavos, sobre todo en la corte y en Sevilla, si bien eran anecdóticos