Cuál fue la característica de la administración del imperio romano
a ) la división territorial en las provincias senatoriales e imperiales
b) la instalación de los principales puertos en la zona norte
c) la dirección de la Península itálica bajo el mando del emperador
b) la construcción de Marullanas fronterizas alrededor de la ciudad de Roma
Respuestas
Respuesta:
augusto creó las bases de una nueva administración para Italia y las provincias imperiales que, con retoques, se mantuvo durante todo el Alto Imperio. Las provincias senatoriales conservaron inicialmente las formas administrativas de época republicana pero fueron paulatinamente sufriendo interferencias de la administración imperial. Uno de los objetivos de Augusto fue el transformar la ciudad de Roma de modo que sirviera de ejemplo y modelo para otras ciudades. Las mejoras urbanísticas (reforma del foro, construcción y reparación de templos y de otros edificios públicos, creación de nuevos acueductos...) fueron acompañadas de una nueva estructura administrativa. La ciudad fue dividida en barrios, vici, al frente de cada uno de los cuales había un responsable, magister; elegido por un año, que colaboraba con la administración de la ciudad. Para apoyar las funciones de los aediles, creó siete cohortes miliarias de guardianes, vigiles, análogos a nuestros bomberos y guardias municipales, sometidos a la autoridad de un prefecto de rango ecuestre, praefectus vigilum. Otro prefecto se encargaba de la distribución regular de alimentos gratuitos a la plebe de Roma y un tercero atendía al abastecimiento general de la ciudad. A su vez, comprometió a muchos senadores en la contribución económica voluntaria para embellecer la ciudad así como fue encargando a otros de diversas curatelas: de la vigilancia del curso del Tíber para impedir las inundaciones, del control del abastecimiento de aguas, etc. La imagen, acorde con la realidad, indica que Augusto tomó la ciudad bajo su protección; para que nunca estuviera desatendida, nombró a un supervisor general que lo representaba en su ausencia, un praefectus urbis de rango senatorial. Al fin de su gobierno, el propio Augusto recordaba que había recibido una ciudad en ruinas y con malas construcciones pero que la entregaba cubierta de mármoles. Y ciertamente gran parte del esplendor de la Roma imperial se debe a la intervención de Augusto. Los territorios situados al norte del Po tenían hasta Augusto la consideración de provincia, Gallia Cisalpina, a pesar de la integración de esa zona en la ciudadanía y en la cultura romanas. Al ser provincia, se contaba con la justificación de asentar legiones en la misma; se entienden así las disputas de años anteriores por gobernar esa provincia desde la que era posible incidir en la vida política de Roma. Augusto integró la Cisalpina en Italia y puso a toda la Península bajo la vigilancia de las cohortes pretorianas. Toda Italia fue dividida en once regiones que se asemejan mucho a las actuales. Egipto mantuvo una administración distinta a la de otras provincias imperiales. Más aún, estaba prohibido a los senadores visitar Egipto sin un permiso especial del emperador. Los representantes del emperador en su propiedad de Egipto eran dos prefectos: la máxima autoridad recaía en el praefectus Aegypti et Alexandriae y para el mando de las tropas había otro prefecto, praefectus legionis, ambos de rango ecuestre. Las provincias imperiales recibían como gobernador a un representante de Augusto: para las mayores, nombraba a legati, legados de rango senatorial, pero contaba con caballeros con el título de procuratores para el gobierno de las provincias pequeñas y recién conquistadas (Alpes Marítimos, Nórico, Judea). Aunque estos gobernadores de provincia eran la máxima autoridad en cada una de ellas y se mantenían en el cargo el tiempo deseado por el emperador,
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