Respuestas
Son aquellos que llevan el peso de la acción, siendo sus actos quienes marcarán el desarrollo de la misma.
Su conducta debe resultar interesante al lector, ya sea heroica o pusilánime, ya resulte vencedor o vencido en el conflicto que presenta la trama.
La resolución de ese conflicto suele además representar un cambio para el personaje principal, alterando significativamente las condiciones en que se encontraba al comenzar la narración.
Por otra parte, su caracterización, tanto psicológica como física, siempre será más completa que la del resto de personajes. Un ejemplo de personaje principal sería Raskolnikov, el protagonista de “Crimen y castigo”, de Fiodor M. Dostoievski.
Personajes secundariosSon personajes subordinados al personaje principal.
Su caracterización es siempre más escueta, sobre todo en los relatos, y su objetivo es tanto contribuir al color de la narración como, a veces, generar los conflictos a los que se debe enfrentar el personaje principal.
Son, además, personajes más estáticos, menos sujetos a cambios internos, aunque sí suelen intervenir activamente en la construcción de los giros argumentales necesarios en el desarrollo de la trama.
Personajes tipoSon personajes que representan la abstracción de toda una categoría en un tipo social o psicológico concreto, que el autor estereotipa al otorgarle unas determinadas características personales.
Vienen a significar la plasmación de la manera en que entendemos y representamos a determinados caracteres, según un modelo históricamente establecido y aceptado: el avaro, la mujer virtuosa, el donjuán, etc.
Un ejemplo sería el Lazarillo de Tormes, tipo de pícaro
Personajes característicosLos personajes característicos representan una evolución o mayor elaboración de un personaje para cuya caracterización se partió de un personaje tipo, pero al que se ha dotado de unas características individuales muy marcadas, que lo diferencian del personaje tipo patrón.
Podemos decir que eso es lo que hizo Cervantes al convertir al modelo de personaje propio de los libros de caballerías en un personaje único, Don Quijote.
Personajes planosSon aquellos cuyas características permanecen prácticamente inmutables a lo largo de toda la narración, sin que ninguna evolución (consecuencia de la acción que se desenvuelve en la narración) venga a alterarlos.
Esta inmutabilidad puede ser resultado de varios factores, puesto que no debemos entender que el carácter estático es simple consecuencia de la apatía.
Puede tratarse de personajes de carácter inalterable, que de algún modo permanecen desconectados del entorno; o bien personajes que logran siempre afrontar los conflictos que se les plantean; también pueden ser personajes que luchan en vano con las adversidades, lo que les otorga sensación de inmovilidad; o personajes que se han rendido en la lucha y aceptan cuanto les ocurre con resignación.
Un ejemplo de personaje es Ulises, el protagonista de la “Odisea”, un héroe que se enfrenta a cada nueva prueba sin flaquear jamás y cuya acumulación de experiencias no se traduce en ningún cambio en su carácter.
Personajes redondosSon aquellos que aceptan, e incluso proponen, el cambio que se plantea en la narración como resultado de algún conflicto.
Suelen estar impulsados por un móvil, la consecución de un objetivo, dando lugar así a una cadena de acciones y reacciones que configurará la narración. Un ejemplo de personaje dinámico es Emma Bovary, la protagonista de la novela de Gustave Flaubert.
Personajes simplesSon aquellos en los que resalta, por encima de cualquier otra, una cualidad que permanece inalterable a lo largo de la narración.
Esa cualidad es dominante en el carácter del personaje y no entra en conflicto con otros aspectos de su personalidad, siendo su rasgo predominante que resaltará en medio de los conflictos planteados en la trama.
Ese sería el caso de la avaricia de Torquemada en las novelas de Benito Pérez Galdós.
Personajes complejos