Respuestas
Respuesta:
Ahora, Israel quiere convertirse en el Silicon Valley de las tecnologías del agua. Para lograrlo, combinar el dinamismo de sus emprendedores, empresas de capital riesgo y centros de investigación con la experiencia acumulada gestionando agua. El caldo de cultivo es inmejorable: una comunidad científica bien financiada, cultura emprendedora y escasez de agua potable.
La tecnología del agua no despega sólo en Israel, sino también en los países emergentes, el mercado que crece con mayor rapidez, y varias de las innovaciones desarrolladas para sus clases medias aspirantes son adoptadas después en todo el mundo, también en los países ricos, debido a su idoneidad y precio ajustado.
Se trata de la innovación inversa, que recuerda que el mundo emergente crea lo mejor con cada vez más asiduidad. La tendencia podría extenderse también a las tecnologías del agua.
Estados Unidos y Australia: clima árido, agricultura y emprendedores
Estados Unidos y Australia comparten, además de cultura anglosajona, grandes extensiones desérticas y semi-desérticas, que incentivan nuevas empresas del sector del agua, especializadas en recolección de aguas pluviales, tratamiento de aguas grises, potabilización o riego por goteo.
Proliferan, asimismo, los especialistas en sostenibilidad, permacultura (Michael Mobbs, en Australia; y Mark Feitchmeir, en Estados Unidos, son dos ejemplos) y paisajismo nativo, campos muy relacionados con la gestión del agua en el sector doméstico.
Explicación: