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Alfredo Poenitz
La libre navegación del Paraná durante el rosismo
viernes 10 de mayo de 2019 | 5:00hs.
Por Alfredo Poenitz
Por Alfredo Poenitz
Historiador
El gobierno de Rosas mantuvo una firme política de control de la navegación del río Paraná, lo que perjudicaba notoriamente los intereses de los comerciantes de los estados del Alto Plata (Paraguay y Corrientes, en especial).
La libre navegación del río Paraná significaba, de hecho, su internacionalización, tal como había ocurrido en 1805 con el río Rhin, que se abrió a todas las banderas europeas. Si Corrientes lograba el reconocimiento de la libre navegación del Paraná por parte de los países europeos, se impedía cualquier intento de bloqueo por parte de Buenos Aires. Esa lucha fue permanente en la historia de la región durante los tiempos de Rosas (1829-1852). Las provincias del Alto Plata querían recibir los cargamentos extranjeros directamente en sus puertos y aduanas, sin que se fijaran impuestos previamente por Buenos Aires, lo que fue rechazado sistemáticamente por este gobierno. En los tiempos de Rosas esta actitud se endureció, sobre todo a partir de la Ley de Aduanas de 1835, por la que una oficina portuaria instalada en Rosario cobraba altísimos impuestos a los productos que ingresaban al Litoral por el río Paraná, con la intención de defender los productos locales.
Ante esta situación de relegamiento del comercio platino, los gobiernos de Paraguay y Corrientes decidieron firmar, en 1841, un tratado de comercio y límites que trajeron como resultado la asignación al Paraguay de los territorios al norte del río Aguapey (es decir toda la actual provincia de Misiones y nordeste de Corrientes) y le concedían el control del comercio sobre el río Uruguay a Corrientes. Por otra parte, se iniciaría, a partir de ese tratado, un libre comercio entre ambos estados sin mediar impuestos en las mercaderías de uno y otro. Como ejemplo del nuevo tiempo que se iniciaba en la relación de ambos países, el tratado declaró que “…los hijos de ambos estados (Corrientes y Paraguay) serán considerados nativos de uno y otro… con el libre ejercicio de sus derechos”. El puerto de Pilar fue uno de los más activos en este comercio, según lo indica Thomas Whigham, un estudioso norteamericano de la historia comercial rioplatense en el siglo XIX. Allí fueron inscriptos en 1841 más de setenta comerciantes paraguayos como “trocadores” de yerba mate por diferentes productos correntinos.