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Jesús, en sus respuestas a los interrogadores, nos recuerda que todos somos ciudadanos de dos dominios – el espiritual y el temporal. Tenemos deberes con cada uno. Generalmente, estas lealtades no están en conflicto. Sin embargo, de todos modos hay ocasiones cuando necesitamos hablar - por amor - en contra de conductas negligentes o inequitativas de nuestro gobierno, especialmente en relación a la injusticia social.
Cuando surge el conflicto entre los poderes espirituales y temporales, es sabio recordar la famosa máxima de Santo Tomás Moro, “El buen sirviente del Rey, pero Dios está primero”.
Explicación: porfa un corona gracias
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