Respuestas
En la actualidad se considera que no existe en todo nuestro planeta un ecosistema exento de trazas de la actividad humana, aún los localizados en zonas muy apartadas presentan niveles significativos de diversos agentes potencialmente contaminantes, ya sea aportados por los movimientos de las masas de aire, las corrientes marinas u oceánicas o los más diversos fenómenos atmosféricos, sumados a los agentes derivados de los procesos naturales.
En este sentido, el deterioro y la fragmentación de los ecosistemas con la consecuente pérdida de biodiversidad constituyen uno de los problemas más graves que enfrenta la humanidad. Las relaciones entre el hombre y los recursos naturales son erradamente contradictorias ya que las sociedades crecen y se desarrollan a expensas de sus recursos naturales al mismo tiempo que los destruyen de manera alarmante.
Entre las causas del deterioro ambiental se pueden mencionar la erosión de los suelos, la contaminación ambiental, los incendios forestales, el uso inadecuado de los terrenos de cultivos, especies exóticas invasoras, la abusiva aplicación de agroquímicos y el vertido de efluentes industriales.
La Ecotoxicología es una ciencia joven que nace como una demanda a esta problemática y estudia efectos adversos de los compuestos químicos sobre los organismos vivos, desde el nivel del individuo hasta el de ecosistema e incluso de la biosfera. Los efectos estudiados consideran no solo las raíces toxicológicas, sino también otros tipos de perturbaciones de origen químico y sus sinergias y de origen físico o biológico. Los estudios pueden generar importantes datos que pueden ser usados en las decisiones sobre Evaluación del Riesgo y Desarrollo sostenible y permiten Intervenir en el diseño de requerimientos legales que regulen la manufactura y la liberación de sustancias. Lo cierto es que sin un acompañamiento de concientización adecuado, los abordajes estarían siendo insuficientes.
La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Mundial del Medio Ambiente en 1972 para marcar la apertura de la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente Humano, la misma que llevó al establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El Día Mundial del Medio Ambiente se conmemora cada año el 5 de junio y en cada ocasión, la Organización de las Naciones Unidas fomenta una alerta mundial sobre el medio ambiente e incrementa la atención del público y la acción política.
Como un modo de aumentar la comprensión y la conciencia sobre las cuestiones relativas a la diversidad biológica, el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (PNUMA) convocó un grupo de expertos en diversidad biológica en noviembre de 1988, para evaluar la necesidad de un convenio internacional sobre la diversidad biológica, trabajo que culminó el 22 de mayo de 1992 con la Conferencia de Nairobi para la adopción del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Los objetivos del Convenio son la conservación de la diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes, y la participación justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos.
Sin embargo, en las últimas décadas y a nivel global las acciones no han producido cambios reveladores. Por tal motivo, PNUMA pidió acciones audaces e innovadoras con urgencia para que los gobiernos puedan cumplir con un Plan Estratégico a 10 años (2011-2020) con 20 objetivos, destinado a frenar la pérdida de biodiversidad en la Tierra. Así lo señala en un informe presentado en el año 2014 en la Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Diversidad Biológica que se reúne en Montreal. El PNUMA subrayó que lograr esas metas requiere cambios en la sociedad, incluyendo un uso mucho más eficiente de la tierra, el agua, y la energía, además de nuestros hábitos de consumo y grandes transformaciones en los sistemas alimentarios.
La Asamblea General de las Naciones Unidas también proclamó el 22 de mayo como el Día Internacional de la Diversidad Biológica, mediante la resolución 55/201, con el propósito de informar y concientizar a la población y a los Estados sobre las cuestiones relativas a la biodiversidad.
Es imprescindible comprender que los problemas ambientales son muy complejos y requieren un enfoque interdisciplinario que permita atender las necesidades de una población aumentada en las próximas décadas frente al desafío de una capacidad operativa para gestionar y restaurar los recursos naturales de los que depende toda la vida.
Entre las áreas que necesitan una atención más urgente se señalan el cambio climático global, la biodiversidad, el problema del agua y los impactos que la contaminación de diversa índole tienen sobre la salud de los ecosistemas. En todos los casos se requiere de políticas ambiciosas y combinadas con acciones inmediatas e integrales para evitar nuevas consecuencias de la inacción y crear un escenario de sostenibilidad.