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Las torrejas son altas en energía y es que llegan a aportar 230 kilocalorías por unidad, como ocho onzas de chocolate con leche. Además son ricas en azúcar y portan más de cinco gramos de azúcar, lo que equivaldría a dos terrones
¿Qué es la torrija?
La torrija es un postre o receta que en su versión más clásica y tradicional consiste en una rebanada de pan mojada en leche, posteriormente rebozada en huevo y frita en aceite. Finalmente es aderezada con azúcar, aunque esta receta original puede sufrir múltples variaciones, como por ejemplo la torrija al curry con miel y canela. Es muy popular en España en Cuaresma y Semana Santa, pero existen versiones también en otros muchos países.
¿De dónde viene la torrija? No es una pregunta fácil de contestar, ya que la sencillez de su receta, junto con la pureza de sus ingredientes básicos, nos remonta a tiempos clásicos. De hecho, las primeras referencias que encontramos a este delicioso dulce aparecen, nada más y nada menos, que en un recetario romano del siglo IV o V, claro que entonces no tenía el nombre actual.
Y es que la base de la torrija, es decir, la miga de pan en leche y luego endulzada, puede verse evolucionar a lo largo de la Edad Media, hasta que, ya en el siglo XIV encontramos la primera nota hablando de la torreja, hecha con miel, pan y huevos. Su consumo se recomendaba para las mujeres que acababan de dar a luz, ya que era muy energético y, según se decía, eran buenas para la lactancia.
¿Por qué se consumen en Cuaresma y Semana Santa? Bien, en fechas durante las cuales se prohibía el consumo de carne, no era raro que se apostara por el mundo de la repostería como manera de subir el aporte de calorías y de azúcar. Las torrijas son una fuente de energía con la que sobrevivir a estos periodos de supuesto ascetismo. Hoy en día, la costumbre ha convertido a estas celebraciones como el gran momento de la torrija, aunque se consume también el resto del año.
A partir del siglo XIX, las torrijas pasan de ser un postre caro y exclusivo a uno que prácticamente todo el mundo podía preparar en casa. Hay numerosas variantes, claro, que podemos encontrar en casi cualquier hogar. Las torrijas con leche son muy sencillas. Se infusiona canela en leche con azúcar y se moja con el resultado las rebanadas de pan. Se deja reposar y luego las pasamos por harina y huevo, antes de freírlas. Se vuelve a poner azúcar y canela al gusto y ya están listas. Se puede cambiar la leche por agua, almíbar o por vino dulce, y también se pueden endulzar las torrijas con miel.
Desde hace unos años, las torrijas se han convertido en un postre de gran prestigio, hasta tal punto que se organizan concursos y competiciones, incluso a nivel nacional, destacando el que se celebra en León, en busca de la mejor torrija de todo el país.
Beneficios y propiedades
Los ingredientes que componen la receta original aportan energía y calorías. Su valor nutricional está directamente relacionado con los ingredientes utilizados. De por sí, estos ingredientes ya tienen una importante aportación calórica, que se acentúa con la fritura.
El pan es un ingrediente rico en hidratos de carbono que también contiene fibra, vitaminas B1 y B3 y minerales como calcio, fósforo y magnesio. Por su parte, el huevo es responsable de aportar proteínas, grasas y colesterol, vitaminas A y D o minerales como el mismo calcio. También aporta una importante cantidad de este mineral la leche en la que se baña el pan, además de grasas, colesterol y vitamina B2, aunque en este caso debemos diferenciar entre el uso de leche entera o desnatada.