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Explicación:
Son numerosos los milagros de la Virgen del Pilar que le han sido asignados, tantos que ya en el año 1680 se hizo una publicación, con autoría de Félix de Amada, de un compendio en formato libro con todas las intervenciones de Nuestra Madre. Un total de 59 milagros. Aquí repasaremos los más sobresalientes.
“Viva la Virgen del Pilar” Es un grito a voz alzada, y que me atrevo a decir, que ningún zaragozano, ha sido capaz de reprimirse, de alzar la voz, ante esta frase. Es tal la devoción y el significado que esta advocación, tiene en el pueblo de Zaragoza, que las fronteras han sido franqueadas a más no poder, y la veneración de la Milagrosa Virgen del Pilar, es hoy en la actualidad, vida de muchas almas alrededor del mundo entero.
Aquel que visita la Basílica en Zaragoza, se dará cuenta que cada Ser que allí llega, se emprende en un diálogo con la Virgen María, de una manera, un tanto particular, si hacemos la comparación con cualquier otra advocación.
Es un diálogo de amistad, de total cercanía, de sentir a María muy dentro de cada uno, en lo profundo de sus corazones; y no, elevando un súplica u oración a través de una imagen, y de allí, hasta el cielo. Una auténtica relación uno a uno.
Nuestra Señora del Pilar: Virgen Milagrosa
Los milagros de Nuestra Señora del Pilar, comienzan allí, en esa pequeña, pero a la vez, INMENSA estatua de la Virgen, que hace su descanso, en la Santísima Columna, la cual, luego de pasar, casi 2.000 años, ha permanecido prácticamente indisoluble.
Las decenas de estudios científicos, han demostrado la singularidad de los materiales de estas dos insignias.
No han podido nunca, encontrar la fórmula, que iguale al granito de jaspe que la Columna tiene, se ha conseguido un material, un tanto similar, pero en otras zonas continentales, muy distantes de la península ibérica.
De igual manera, sucede con la imagen, su material, a sabiendas de que es madera, no ha podido ser aclarado, hasta el momento, de que madera se trata. Aunque puede ser resultado, de la ya no existencia de tal especie.
Lo que es parte de una verdadera fórmula milagrosa, es el Pilar, aunque la presencia de la imagen junto a éste, y ambos, en su conjunto, son el reflejo donde los milagros comienzan a tomar forma, a fuerza de Fe.
Y si de milagro hablamos, una acción divina, celestial, sobrenatural, milagrosa (puede llamarse de tantas maneras), es causa de haber hecho y seguir haciendo, que nunca se acumule polvo en la estatua. Con lo cual, nunca, ha tenido que ser desempolvada.
El imponente Milagro del Cojo de Calanda (Teruel)
Dota de una especial singularidad a la advocación. Se trata del Mayor Milagro a lo largo de la historia. Se trata de uno de las maravillas del Pilar.
A mediados del año 1637, Miguel Juan Pellicer fue amputado de uno de los miembros inferiores (tras haber sufrido un accidente) hecho que fue documentado en el Hospital General de Nuestra Señora de Gracia, en Valencia.
Se le coloca una pierna de madera y se decide dar entierro a su miembro amputado, y a partir de allí su vida da un cambio rotundo.
Se convertiría luego, debido a su condición de discapacidad, en mendigo. Pedía limosnas, y con el dinero que juntó, pudo arribar a Zaragoza, era un deseo fervoroso que tenía, de visitar a la Pilarcita.
En los días sucesivos, siguió pidiendo ayuda, pero esta vez, en la puerta de la Iglesia del Pilar, Aprovechaba así, para oír las ceremonias diarias, así como también, cada día iba al Camarín de la Virgen y se embebía el muñón con aceite de la lámpara, con la finalidad de aliviar sus dolores e impetuosamente, se encomendaba a María todos los días.Luego de casi 3 años, en los cuales pudo sobrevivir, a base de la ayuda que recibía de la gente, toma la decisión de regresar a Calanda, su su ciudad natal.
En la noche del 29 de marzo del año 1640, a menos de un mes del regreso a su ciudad, cuenta la leyenda, que Miguel tuvo un sueño, y es que visitaba la Iglesia de la Virgen del Pilar y tenia las dos piernas.
El sueño hecho realidad: La Fe hecha Milagro
Cuando despertó, lo que aquel mortal había soñado, era verdadero y real, pues tenía sus dos miembros tal cual era antes, como si nunca hubiese pasado nada.