Realiza una paráfrasis del texto que se presenta a continuación.
Queremos pastel, pastel, pastel...
El primer registro que se tiene sobre él data del 776 a.C., durante los primeros Juegos Olímpicos,
cuando los atletas griegos lo consumieron por primera vez para tener un mejor rendimiento.
La receta fue heredada a los romanos —quienes lo difundieron por Europa gracias a sus conquis-
tas imperiales— y sus variaciones obedecieron al queso utilizado en cada región. Cuando este pastel llegó
a los EE. UU., se utilizaron los ingredientes locales, se añadió el queso crema, y así nació el pastel de queso
más común hoy en día.
También los romanos consumían un dulce hecho con piñones y pasas, mismo que —en el
Medioevo— los ingleses convirtieron en un pastel al que llamaron Fruitcake.
Con el transcurrir de los años, a este horneado se añadieron frutas cristalizadas, lo que permitió
que el pan se conservara por más tiempo, pero luego, cuando se le agregaron las nueces y los licores,
empezó a considerársele un lujo por la cantidad y el costo prohibitivo de sus ingredientes, y su uso se
restringió a fechas relevantes. En la actualidad, se consume en festividades como la Navidad, a pesar de
que la restricción ya no existe.
Hablemos ahora del celebérrimo Brazo de gitana —como se le conoce en España—, también
llamado Brazo de reina —en Chile y Colombia—, Niño envuelto —en México— y Swiss Roll, Rollo suizo
—en el Reino Unido—. Se trata de un pan bizcocho casi plano, enrollado, relleno y cubierto —según
variaciones— con mermelada o crema, chocolate, turrón o yema de huevo, y decorado con azúcar glas y
otras variaciones. Cuenta la historia que, durante la Edad Media, un monje berciano descubrió el postre
en un monasterio egipcio y lo llevó a España, donde tuvo un éxito rotundo y pronto se popularizó en todo
el mundo.
La Carlota, por su lado, fue creada a finales del siglo XVIII como un homenaje a la esposa del rey
inglés Jorge III, la alemana Carlota Sofía de Mecklemburgo- Strelitz.
La variación más famosa es la Carlota rusa, inventada por Marie- Antoine Carême —llamado «el
rey de los chefs y el chef de los reyes»—, a principios del siglo XIX. Este postre se sirve frío, se reviste
con soletas o galletas en lugar de pan, y se rellena con crema bavarese o crema de avellanas, chocolate o
turrón. En sus inicios se le llamaba Charlotte à la parisienne, pero Carême lo nombró Charlotte russe en
honor de quien era su patrón en ese entonces, el zar Alejandro I.
ayuda por favor
Respuestas
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5
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Amix te ayudaron? es que también necesito hacer esa tarea!!! plis ayuda
sdesofia:
no,nadie me ayudo
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