Respuestas
Respuesta:
(ToT)/~~~
Génesis externa de El gaucho Martín Fierro
El proyecto mental que ha precedido un proceso de escritura resultará siempre inaccesible para el investigador, pero es indudable que el lenguaje del Martín Fierro y su materia poética debieron ir tomando forma largamente en un espacio de interacción entre vida, política y literatura.
En 1846, poco antes de cumplir 12 años, José Hernández sufre una afección al pecho y su padre decide llevarlo consigo al campo por consejo médico. Aunque orientado en una clara dirección mitificadora, su hermano Rafael describe así un período de profunda asimilación de la cultura rural:
Allá, en «Camarones» y en «Laguna de los Padres» se hizo gaucho, aprendió a jinetear, tomó parte en varios entreveros, rechazando malones de los indios Pampas, asistió a las volteadas y presenció aquellos grandes trabajos que su padre ejecutaba, y de que hoy no se tiene idea. Ésta es la base de los profundos conocimientos de la vida gaucha y su amor al paisano, que desplegó en todos sus actos. Ved ahí, por ambas líneas, el génesis patriótico y gauchesco fundido en Martín Fierro1.
Después de la revolución porteña del 11 de septiembre de 1852, que aglutinó contra Urquiza -reciente vencedor de Caseros- a antirrosistas y rosistas, Buenos Aires se separa de la Confederación Argentina. Los federales genuinos están en desacuerdo con la segregación y el coronel Hilario Lagos pone sitio a Buenos Aires. A comienzos de 1853, el joven José Hernández abandona los campos del Sur y empieza a tomar parte en las luchas nacionales siguiendo a un caudillo regional (tiene dieciocho años y su tío, el coronel Juan José Hernández, acaba de morir en Caseros peleando en el bando rosista). Se incorpora a la columna de Pedro Rosas y Belgrano, interviene en el combate de San Gregorio contra las fuerzas de Lagos y su primera experiencia político-militar es una derrota categórica. Se ha iniciado así:
[una] típica existencia del siglo XIX, en la cual lo más característico consiste en que lo individual, lo personal, no se separa de lo colectivo, se funde con lo colectivo a tal extremo que una biografía se convierte en historia del país o, por lo menos, la integra muy elocuentemente [...]2.
En su número del 12 de agosto de 1854, la Revista del Plata de Buenos Aires publica un documento en el que resuena ya la voz social que habrá de escucharse en El gaucho Martín Fierro dieciocho años después (una voz que representa claramente una «alianza de clases»): la Memoria descriptiva de los efectos de la dictadura sobre el jornalero y el pequeño hacendado de la Provincia de Buenos Aires3. Sus autores se identifican como «pobres pastores y labradores de esta provincia» y declaran que se sienten:
los siervos del Río de la Plata [...], siervos de una raza particular, bien inferior a los esclavos del Brasil, a los colonos de la Rusia. Mientras éstos no conocen más que a un amo, nosotros tenemos cientos; mientras gozan el privilegio de quedarse en su casa, de cuidar de su familia, nosotros estamos cada día arrancados de nuestros hogares, o cazados en los campos como se cazan avestruces; y cuando caímos en las bolas de algún teniente alcalde, es para que haga de nosotros lo que se quiere, guardia, blandengue, doméstico, veterano.
En el mundo rural, entre la cima de la pirámide económica y social -que ocupan los hacendados- y la masa de gauchos desposeídos que constituyen la base, estaban estos labradores y pastores que tuvieron un lugar central en las tramas poéticas de la primitiva gauchesca. A esta clase social pertenecerá el protagonista del poema de Hernández, que sabe manejar los útiles de labranza («Sé dirigir la mansera», II, 139) y tuvo en mejores épocas un campo arrendado y hacienda:
Después me contó un vecino
Que el campo se lo pidieron-
La hacienda se la vendieron
En pago de arrendamientos,
Y qué sé yo cuántos cuentos,
Pero todo lo fundieron.
(I, 1033-1038)4
Después de haberse retirado de la milicia en 1854, Hernández no tardó en hacer un viraje político: adhirió al Partido Federal Reformista, que sostenía la necesidad de incorporar a Buenos Aires a la Confederación. La carta en la que Sarmiento cuenta crudamente a Domingo de Oro cómo fue derrotado ese partido en comicios fraudulentos (27-6-1857) parece contener un esquema de El gaucho Martín Fierro:
Explicación: