Respuestas
Desde que apareció el tornillo en épocas anteriores a la Era Cristiana, las herramientas manuales para manejarlos con comodidad y rapidez fueron superándose hasta llegar al clásico destornillador surgido en la época medieval. Aún hoy, la función que cumple eldestornillador en pequeñas labores del hogar, como así también en trabajos con madera, enchapados y otros materiales blandos es irreemplazable.
No obstante, con la irrupción de las herramientas eléctricas, entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, muchos tipos de taladro incorporaron también la función deatornillador/destornillador, creando una herramienta versátil que en la actualidad goza de amplia aplicación tanto entre profesionales como aficionados.
Posiblemente debido a la gran popularidad del taladro atornillador/destornillador, muchos no tienen en cuenta que existe en realidad una herramienta que cumple exclusivamente la función de atornillador/destornillador y que, en muchos casos, es más conveniente porque provee una productividad y consistencia muy difíciles de lograr con un taladro atornillador. Por lo tanto, antes de brindar una serie de consejos a la hora de adquirirla, comencemos por conocer esta útil herramienta.
Durante la Edad Media, los árabes habían conquistado buena parte de la Península Ibérica . A principios del siglo XV existían 4 grandes reinos que habían logrado expulsar a los musulmanes de su territorio: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. El reino de Granada era el último reducto musulmán en la Península.
Consolidación[editar]En 1469, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla contrajeron matrimonio, uniendo dinásticamente las dos coronas más poderosas: Aragón yCastilla. Esta unión de fuerzas permitió expulsar a los musulmanes de Granada y conquistar Navarra, para incorporar estos territorios a la nueva corona.
Se considera, pues, que la Monarquía española tiene su origen en la unión personal y dinástica entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, llamados Reyes Católicos (Catholicos reges, et principes) por el papado desde el 4 de mayo de 1493 en razón de la conquista de la Península Ibéricaal Islam y el proyecto evangelizador del Nuevo Mundo; y que procuraron llevar una política de acción común.
Juana I de Castilla, hija de los Reyes Católicos, heredó la corona de Castilla al morir su madre, la reina Isabel. El matrimonio de Juana con Felipe el Hermoso hizo peligrar la política que habían llevado los Reyes Católicos, pero Felipe I murió prematuramente, y el rey Fernando II de Aragón, padre de Juana, la inhabilitó definitivamente y se ocupó de la regencia castellana hasta su muerte. Entonces, Juana heredó también la Corona de Aragón, tras fracasar el intento de su padre de concebir un heredero con su segunda esposa, Germana de Foix, que le permitiese heredar aquella corona y separarla de la Corona de Castilla, pero dada la incapacidad de la reina Juana, su hijo Carlos se autoproclamó rey junto con su madre. De esta formaCarlos I consolidó la unión de ambas coronas, siendo llamado rey Católico de las Españas (Hispaniarum Rex Catholicus) por el papa León X en la bula Pacificus et æternum del 1 de abril de 1517.1
La rendición de Granada, obra deFrancisco Pradilla, representa la rendición de Boabdil ante los Reyes Católicos.Felipe II, Príncipe de Asturias desde 1528,2 accedió al trono por abdicación de su padre, y usó en documentos y monedas la fórmula abreviada de rey de las Españas y de Indias (Hispaniarum et Indiarum Rex),3 y tras la Crisis sucesoria en Portugal (1580) adquirió también la titularidad de la Corona portuguesa.4
Cambio de régimen[editar]La Monarquía española pierde su condición monarquía absoluta, y adquiere su carácter de monarquía parlamentaria con la transformación de España en un estado liberal.
1812–1815
Estado Liberal1815–1820
Absolutismo1820–1823
Estado Liberal1823–1833
AbsolutismoInvasión napoleónicaEstatuto de BayonaJunta Suprema CentralPrimera Constitución españolaRestauración absolutista de Fernando VIIRevolución del Trienio LiberalIntervención de laSanta AlianzaDécada Ominosa
Desde el año 1833, con el pretexto de la cuestión dinástica, se sucedieron tres guerras civiles en España que jalonaron intermitentemente una parte del siglo XIX, donde los constitucionalistas («cristinos», «alfonsinos») oponían su ideario del «estado liberal» contra el «absolutismo» y «foralismo» de los carlistas. La cuestión dinástica se inició cuando Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción de 1830, que era a su vez la publicación de la Pragmática Sanción de 1789, con lo que se anularon las disposiciones que impedían el acceso al trono de las mujeres hasta no agotarse toda la descendencia masculina de Felipe V.5 De esta manera, Carlos María Isidro, hermano del rey Fernando VII, fue relegado en favor de su sobrina Isabel, hija del rey; y así, si Carlos María Isidro no tuvo inconveniente en renunciar a sus derechos en 1808,6 en 18337 sus argumentos habían cambiado, y con sus partidarios («carlistas») inició la Primera Guerra Carlista.
Isabel II finalmente fue proclamada reina, pero su madre la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias que se alineó con los liberales, sin embargo pretende el estatuto Real de 1834 lo que dio lugar al motín de La Granja (1836) y la vuelta al periodo constitucional. Así el artículo 180 de la Constitución de 1812 habría establecido el reinado legítimo del Isabel II, y el artículo 50 de la Constitución de 1837 y el artículo 49 de Constitución de 1845 indican que Isabel II era la legítima reina de las Españas. Desde entonces la legitimidad de la monarquía española ha ido vinculada con la Constitución de turno (aunque fuera a posteriori).
El sentido patrimonial de la unión de distintos reinos peninsulares bajo una corona desaparece también con el periodo constitucional. El cambio no fue brusco, la denominación de Reino en singular data desde la Constitución de 1812 (no así el Estatuto de Bayona de 1808), pero el territorio se denomina en plural, Españas, en las constituciones de 1812, 1837 y 1845, con la salvedad que ya aparece en singular en las dos últimas. Pero en la Constitución de 1869, con la afirmación de la Nación española, el territorio pasó a denominarse en singular España, y así ha seguido desde entonces.