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Características del koala
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El koala, cuyo nombre científico es Phascolarctos cinereus, es una especie australiana de la familia Phascolarctidae y es arborícola (vive en los árboles).
Su aspecto recuerda al de un oso de peluche, con un comportamiento y hábitos tranquilos, parecidos a los de un perezoso.
Entre sus características anatómicas y morfológicas destacan las extremidades posteriores que son cortas, con manos y pies grandes dotados de cinco dedos, dos de ellos opuestos a los otros tres.
Al igual, que el canguro y la mayoría de los otros mamíferos australianos, los koalas son marsupiales. Esto significa que la cría al nacer tiene el tamaño aproximado de una abeja y crece dentro de la bolsa marsupial que la madre tiene en la barriga.
¿Qué tipo de especie es el koala?
Los koalas son buenos trepadores y comen, duermen y se reproducen en las ramas del eucalipto o árboles de la goma: solo descienden para cambiarse a otro árbol.
Aunque consumen hasta 1 kg de hojas de eucaliptos todas los días, los koalas deben pasar la mayor parte del día descansando porque las hojas no le proporcionan mucha energía.
Presentan un hueco o una especie de bolsa en sus mejillas, entre los incisivos y las muelas, adaptadas a la alimentación herbívora. Esto permite que puedan mover las hojas de un lado para otro con la lengua sin morderse. Las muelas tienen una forma especial que hace que también puedan trocear la comida, en lugar de solo triturarla.
El koala usa sus manos y garras grandes y sus brazos robustos para sujetarse firmemente de las ramas cuando trepa o se alimenta. Trepan los árboles con una serie de saltos. Se sujetan con las manos, luego juntan las patas traseras y saltan. Luego suben las manos por el tronco y repiten el salto para ir avanzando hacia arriba.
¿Cuáles son las características del koala?
Con su suave y denso pelaje, su cuerpo redondo y su nariz en forma de botón, el australiano koala parece la mascota perfecta.
Su cara chata y su aspecto mimoso le confieren un atractivo instantáneo.
Cualquiera que lo vea por primera vez quiere cogerlo en brazos y acariciarlo. Pero, a pesar de su apariencia, no es en absoluto un compañero adecuado para el ser humano.
Puede parecer un osito de peluche que ha cobrado vida, pero en realidad es un animal delicado y difícil de mantener en cautividad. La causa de ello es que se alimenta exclusivamente de las hojas de solo unas cuantas de las numerosas especies de eucaliptos australianos. A menos que siga exactamente la dieta correcta, pronto se acurruca y muere.
Juguetón, inteligente, curioso, atlético… no es ninguna de estas cosas. En realidad, se trata probablemente del modo de vida más monótono e indolente de todos los de los mamíferos conocidos. Como animal de compañía no tardaría en resultar aburrido.
koala descripción paraniños
Como ayuda para explorar los árboles tiene sus muy afiladas y curvadas zarpas. Las usa para trepar por las ramas en busca de hojas frescas y lugares de descanso adecuados.
En sus patas delanteras, esas zarpas están dispuestas de un modo poco habitual.
En lugar de tener un pulgar opuesto a otros cuatro dedos para asir, como nosotros, tiene “dos pulgares” y solo tres “dedos” en cada mano. Los dos pulgares agarran un lado de la rama mientras los tres dedos agarran el otro lado, proporcionando al animal una garra extremadamente poderosa.
Eso también dificulta que un enemigo se lleve un koala una vez que éste está sujeto a un arbusto o a un árbol. Sus manos son como potentes abrazaderas que aprisionan el tronco.
Puede que vivir encaramados a los árboles no ayude a los koalas a evitar los incendios forestales, pero presenta una gran ventaja. Significa que no tienen que preocuparse de los depredadores terrestres que merodean por la zona.
Otros animales marsupiales de Australia que viven en el suelo han perecido en grandes cantidades, víctimas de los perros que los colonos humanos llevaron a ese continente. De esa amenaza, por lo menos, los koalas tienen poco que temer.
Dado que prácticamente nunca baja al suelo, el koala no puede beber regularmente en un río o en un charco. Solo cuando el tiempo se vuelve insoportablemente caluroso se aventura a realizar un descenso para saciar su sed.
Por lo demás, sólo baja para cambiar de árbol o para tomar un rápido bocado de tierra o de gravilla con objeto de mejorar la digestión. Por el suelo se mueve con torpeza, de modo que suele apresurarse a volver a la seguridad de las ramas.
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