una una solución de problemas para vencer obstáculos destacando la participación y la sana convivencia
Respuestas
Respuesta:
dame corona
Explicación:
“El hombre es un ser social, está abocado a vivir en Sociedad. En la etapa de Enseñanza Secundaria Obligatoria, se producen situaciones de convivencia forzada en grupos de adolescentes que, a veces, degeneran en conflicto. Ahondando en los contenidos del Eje Transversal de “ Educación para la paz “ e insistiendo en valores como el respeto, la tolerancia y los Derechos Humanos podemos reflexionar críticamente sobre la Sociedad Actual y su futuro, así como buscar soluciones para la convivencia escolar”
El hombre es, por naturaleza, un “animal social”, como decían los griegos, un ser abocado a vivir en Sociedad, por lo que es muy frecuente que se planteen disputas entre personas o grupos para alcanzar o defender determinados intereses. Ilustres etólogos como K. Lorentz (“sobre la agresión, el pretendido mal”) nos hablan de la agresividad como factor innato para establecer las relaciones de jerarquía en las poblaciones de muchos animales y para la defensa del territorio y de las crías. También la agresividad primaria animal aparece en las relaciones humanas y, bien canalizada, no tiene por qué ser peligrosa, pero lo realmente negativo es la violencia, construcción mental que sólo se da en la especie humana y que pretende la eliminación o destrucción del otro.
La etapa puberal se corresponde, como sabemos, por una serie de cambios acelerados en su cuerpo y en su mente que le dan un temperamento cambiante. Desde el punto de vista evolutivo, se producen importantes cambios psicomotores y, a nivel de aprendizaje, se da tarde o temprano el salto al período de las operaciones formales, al tiempo que se afianza el carácter. El sistema de valores que le prestaron sus mayores se tambalea en su psique, el adolescente tiene la imperiosa necesidad de formar su propia identidad, por ello la constante necesidad de reconocimiento por parte de los que le rodean y, sobre todo, de su grupo de iguales. Todas estas transformaciones se producen casi sin darse cuenta los que le rodean y por ello, el primer problema de los adolescentes es con ellos mismos: generalmente irreflexivos, pueden virar a estar horas pensativos por alguna vivencia o situación que les afecte especialmente.
Con todo lo anterior, no es difícil comprender que puedan generarse problemas de entendimiento entre los distintos grupos posibles a nivel escolar por causas étnicas, problemas de perspectiva de género, por abusos con los más pequeños o con el otro sexo, conflictos generacionales con sus mayores por su particular interpretación de unas extrañas normas que se les imponen desde fuera, etc. Los citados problemas derivarán en la desestructuración grupal y en diversas formas de violencia escolar tanto entre los jóvenes como con el profesorado y resto del personal de los Centros. No podemos evitar la natural aparición de estos problemas, pero lo que si podemos es aprovechar las “armas” educativas (que no son otras que ilusión y ganas de trabajar) que al profesorado se le brindan para controlarlos y encauzarlos bajo un prisma de oportunidad educativa.
En este sentido, una buena acción tutorial puede contribuir a mejorar la armonía en el aula y a proporcionarles estrategias personales para superar sus debates internos que tantos malentendidos y frustraciones les generan. La convivencia en el aula puede mejorar (Cota Galán, R. 2007, “Convivir en el aula”) mediante:
• Establecimiento democrático de una serie de normas, que una vez consensuadas en el grupo, serán de obligado cumplimiento.
• Realización de consejos de grupo en las tutorías u otros momentos en los que se hable abiertamente de los distintos problemas, con la presencia de un moderador adulto imparcial
sea o no docente.
• Desarrollo de técnicas progresivas de conocimiento de sí mismo y de autoestima, incluyendo técnicas de control emocional y relajación.