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Respuesta:
Cultura. La cultura del pueblo acadio se basa en la construcción de ciudades, con la presencia de imponentes templos y palacios. ...
Religión. La religión de la mayoría de los pueblos de Mesopotamia se basó en el politeísmo, es decir, la adoración de varios dioses. ...
Política. ...
Economía.
Respuesta:
En un momento que no se puede precisar -probablemente a comienzos del IV milenio- los sumerios irrumpieron en Mesopotamia encontrándose en ella con una avanzada civilización, a cuyo desarrollo material contribuyeron sin reservas de ninguna clase (épocas de Uruk y Jemdet Nasr). Muy pronto, el dinamismo civilizador de los recién llegados, llamados en las fuentes los "cabezas negras", se impuso sobre las gentes autóctonas de sustrato asiánico y semita. Se daba paso así a una estructura sociopolítica de ciudades-Estado, organizadas teocráticamente y controladas por una aristocracia de extracción religiosa, encabezada por el "en", y más tarde de origen civil, controlada por el "lugal", que se organizó en dinastías. De entre ellas, recogidas en su mayoría en "listas reales", cabe destacar las que gobernaron en Kish, Uruk, Ur, Lagash, Awan, Khamazi, Adab, Mari y Umma, ciudades constantemente enfrentadas entre sí. Un reyezuelo de esta última, llamado Lugalzagesi (2342-2318), logró unificar bajo su cetro a todo el país, extendiendo su poderío, aunque efímero, por toda Mesopotamia. El amplio período de tiempo que abre la historia de Sumer (2900-2334) recibe el nombre de Epoca dinástica arcaica, subdividida en tres fases, y también el de Epoca presargónica, porque precedió cronológicamente al gran Sargón, el fundador de la dinastía semita de Akkad. La época del Dinástico Arcaico está abundantemente documentada gracias a las excavaciones que han proporcionado inapreciable información escrita y numerosos restos materiales, muchos de ellos susceptibles de ser considerados de interés artístico, con la impronta de una notable personalidad que alcanzaría una gran proyección en el futuro. La Dinastía de Akkad, que sucedió en el tiempo a la larga fase del Dinástico Arcaico sumerio, desempeñó un importantísimo cometido político y cultural en la historia de Mesopotamia. Hasta tanto no se descubra su capital imperial, Akkadé, situada junto el Eufrates, debemos contentamos con conocer algo de tal Dinastía y de sus sucesores tomando como referencia restos arqueológicos y testimonios escritos de sus centros provinciales, así como tardíos textos literarios. La suerte de Akkad comenzó con Sargón (2334-2279), un aventurero semita que logró en poco tiempo, tras someter a Lugalzagesi de Umma, extender su dominio por toda Mesopotamia, desde el golfo Pérsico al mar Mediterráneo. Después de dos reinados caracterizados por la debilidad, Naram-Sin (2254-2218), nieto de Sargón, llevaría al Imperio a su máximo poderío en medio de constantes luchas. Unos años de anarquía, durante los cuales gobernaron reyes sin ninguna relevancia histórica, precedieron a la caída de Akkad, motivada según las fuentes históricas por el ataque de la feroz tribu montañesa de los qutu en el año 2154. Artísticamente, con los acadios se asistió a un mayor desarrollo de la fantasía y del gusto, tal vez motivado por el propio espíritu de los pastores nómadas semitas o quizá por los mayores medios financieros con que contó Mesopotamia en aquella época, lo que permitió la llegada de materias primas más abundantes, que habrían podido desarrollar vocaciones artísticas. De las formas estáticas sumerias se pasó a obras técnicamente más perfectas y mucho más vivaces; al propio tiempo se acometió la labra de la gran estatuaria, asentada en la búsqueda de la perfección anatómica y puesta al servicio de la ideología imperial. En la glíptica, con ejemplares de tamaño menor, pero de más calidad, se representó por primera vez a los dioses bajo formas humanas, novedad que hizo de los acadios los creadores del repertorio mitológico de la posterior Babilonia clásica.
Explicación:
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