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Turner. Madrid, 2005. 341 páginas, 19’50 euros
Durante la primera semana de octubre de 2005 España agradeció en diferentes actos públicos a México el exquisito trató que el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940) prestó a los exilados españoles que huían de las barbaridades de la guerra civil y de la opresión de la dictadura franquista.
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Mucho se ha escrito y comentado sobre las relaciones entre México y España durante el siglo XX. Lorenzo Meyer, Luisa Treviño, Clara Lida, Antonio Matesanz, Nuria Tabanera, Luis Miguel Díaz, Patricia Fajen, Alfonso Junco, Michael Kenny, y Manuel Ortuño -por citar sólo algunos de los más conocidos- han escrito monografías valiosas sobre la historia de estos vínculos. Casi todas las obras describieron la integración de los exilados en la sociedad mexicana, pero sabíamos poco de la participación de México en la guerra civil española y sus relaciones con el gobierno de Manuel Azaña, a excepción de las poco serias contribuciones de Elwyn Smith y T.G. Powell. Mucho menos conocida aún era la utilización que se dio de la guerra civil española en la política interna mexicana. El libro de Mario Ojeda viene a cubrir de forma magistral este hueco.
El presente estudio, realizado sobre abundantes fuentes documentales tanto mexicanas como españolas, revela que la ayuda que el gobierno de Cárdenas prestó a la República española constituyó un esfuerzo deliberado que tuvo como finalidad subrayar la autonomía política y económica de México en un contexto internacional en que fascistas y comunistas trataban de repartirse el mundo en zonas de influencia; y frenar el posible alzamiento de la derecha mexicana siguiendo los pasos del ejemplo español. En 1936 Cárdenas, en un momento en el que aún no había consolidado plenamente su poder frente al de Plutarco Elías Calles, temía que el alzamiento de grupos conservadores en su contra sirviera de excusa a los Estados Unidos para repudiar la política del “Buen Vecino” y preparar el terreno para un renovado intervencionismo estadounidense en el continente. Mario Ojeda Revah pone de manifiesto que la sublevación de las tropas franquistas ayudó a Cárdenas a identificar a la derecha con el golpismo, la inconstitucionalidad, el desorden y el atraso; y a definir la posición de México en el panorama internacional como el defensor de la legalidad, la justicia y la solidaridad. No fue casual, por tanto, que Cárdenas firmara su más completa solidaridad con el gobierno de la República; que hiciera todos los esfuerzos posibles que estaban en su mano para apoyar con armas y pertrechos al gobierno legítimo de España; que defendiera a la República española ante la Sociedad de Naciones en contra del Pacto de No Intervención impuesto por Francia y Gran Bretaña; que abriera humanitariamente sus fronteras de par en par para que llegaran los cientos de miles de refugiados españoles que huían del horror y la opresión; y que se negara a reconocer el régimen de Franco como legítimo, manteniendo en consecuencia sus relaciones oficiales con el gobierno de la República en el exilio.
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