• Asignatura: Historia
  • Autor: jhazieliveliz3
  • hace 6 años

con que condición los romanos dejaron que los germanes se quedaran en su imperio​

Respuestas

Respuesta dada por: eduardovargasbar
0

Respuesta:

Las provincias occidentales del Imperio sufrieron una primera oleada de invasiones simultáneamente a la crisis socioeconómica que se manifestaba en las rebeliones campesinas (bagaudas).23​ En Oriente fueron los godos quienes inicialmente protagonizaron la principal amenaza. Divididos en grupos de godos orientales (ostrogodos) y de godos occidentales (visigodos), se introdujeron al sur del Danubio en los Balcanes y obtuvieron todo tipo de concesiones de las autoridades imperiales: en el año 376 se les concede su entrada pactada, pero al sentirse defraudados en sus expectativas, se dedicaron al saqueo, consiguiendo incluso vencer al ejército imperial de Valente en la batalla de Adrianópolis (378). Esto puso a los godos en una posición extraordinariamente ventajosa, que obligó al nuevo emperador, Teodosio, a concederles un foedus para su asentamiento en la Tracia (382).22​ Su prolongada presencia dentro de las fronteras les permitió asimilar rasgos de la civilización romana, como la religión, adoptando el arrianismo (una de las versiones del cristianismo que, posteriormente, en el Concilio de Constantinopla de 381, fue condenada como herética). El proceso de aculturación incluso significó la adquisición de la ciudadanía romana por muchos de los considerados bárbaros, o su acceso a altos cargos de la administración romana y del ejército; pero no la asimilación, ni la disminución de la conflictividad. Todo lo contrario: en el 410 los visigodos de Alarico I saquearon la propia ciudad de Roma, obteniendo un mítico botín.

El invierno particularmente frío del año 406 permitió cruzar el Rin helado a grupos masivos de suevos y vándalos (junto con los alanos, un pueblo no germánico, sino iranio). Los emperadores de la época recurrieron a ficciones jurídicas como otorgarles el permiso de ingreso, bajo las condiciones teóricas de que deberían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer como vigilantes de frontera; pero el hecho fue que la decadencia del poder imperial impedía cualquier tipo de dominio. Los invasores no encontraron obstáculo en su avance hacia las ricas provincias meridionales de Galia e Hispania. Los vándalos incluso cruzaron el estrecho de Gibraltar, tomando las provincias africanas y amenazando las rutas marítimas del Mediterráneo occidental. El imperio tuvo que recurrir a los visigodos, los más romanizados de entre los germanos, para intentar recuperar algún tipo de control sobre las provincias occidentales. Los visigodos, en efecto, se impusieron sobre los invasores, pero únicamente para establecerse a su vez como un reino independiente (reino de Tolosa, 418) justificado en la figura jurídica del foedus.

Una nueva invasión fue protagonizada por Atila, el rey de los hunos (un enigmático pueblo o confederación de pueblos, cuyo desplazamiento secular hacia el oeste estuvo probablemente en el origen del movimiento inicial de los germanos). Tras acosar al Imperio romano de Oriente, que solo le enfrentó mediante una política de apaciguamiento, se dirigió a Occidente, donde una inestable coalición de romanos y germanos le venció en la batalla de los Campos Cataláunicos (451).

Después de la descomposición del imperio de Atila, nuevas oleadas invasoras se establecieron los territorios que ya solo de nombre podían considerarse provincias romanas: desde mediados del siglo V (batalla de Guoloph, 439, batalla del Monte Badon, 490) anglos, sajones y jutos desembarcaban en la Britania posromana, inicialmente como mercenarios para proteger a los britanos de escotos y pictos y luego como conquistadores;24​ a comienzos del siglo VI los francos tomaron las Galias, venciendo a losvisigodos en la (batalla de Vouillé (507), cerca de Poitiers, batalla en la que murió el rey Alarico II, desplazando a los visigodos a Hispania , dando origen al Reino Visigodo de Toledo. Por otro lado en la península itálica, la ficción de la pervivencia del Imperio había dejado existir desde 476, cuando los hérulos de Odoacro destituyeron al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Su dominio fue breve, pues se vieron acometidos a su vez por sucesivas invasiones instigadas por el emperador de Oriente (Zenón): en 487 y 488 la de los rugios de Feleteo y Federico, que logran rechazar; y finalmente la de los ostrogodos de Teodorico el Grande, que los derrotan en Aquilea, Verona (489) y el río Adda (490), quedando sitiado Odoacro en Rávena hasta su asesinato a manos del propio Teodorico

Explicación:

Preguntas similares