• Asignatura: Castellano
  • Autor: Valefl2
  • hace 5 años

Necesito una fábula de un cocodrilo con su moraleja por favor es para ahorita

Respuestas

Respuesta dada por: belen2332
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A las orillas de un río, en algún lugar del mundo había un cocodrilo llorando desconsolado. Pasaba todo el día ahí, inmóvil, sólo llorando. Lloraba y lloraba todo el día, esperando que alguien se acercara para aliviar su pesar. Que alguien se acerca a preguntar qué es lo que pasa. Que alguien se acercara para ayudarlo en lo que él necesitara. Pero nadie se acercaba, todos en la selva sabían lo poderoso que era el cocodrilo, sabían bien que el cocodrilo se los podría comer de un bocado, era mejor evitarlo.

Un día, iban unos patitos con su madre y vieron al cocodrilo llorando. Cuando uno de los patitos quiso acercarse al cocodrilo, la madre lo regañó y le dijo que no, que no podía confiar en extraños, pues podían hacerle daño. Unos pajaritos que veían todo desde una rama comentaban sobre el cocodrilo.

-Menos mal que estaba la mamá ahí-dijo uno-. ¿Te imaginas si esos patitos se acercaran a ese animal?

-No, qué horror-respondió el otro pajarito-. Y ese cocodrilo que cree que alguien se le va a acercar. Ni de chiste sería capaz de pararme a veinte pasos de distancia. Ni de chiste.

-Tienes toda la razón, amigo mío. Toda la razón.

Pasaban los días y el cocodrilo seguía llorando. Los patitos volvieron a pasar, esta vez sin su madre.

-Chicos, deberíamos ayudarlo-dijo uno de los patitos señalando al cocodrilo-.

-Pero mamá dijo que es peligroso-respondió otro de ellos-.

-Sí, pero ¿qué pasa si de verdad tiene un problema?-añadió el primero-.

Los patitos accedieron a seguir a su hermano en esa peligrosa aventura mientras los pajaritos comentaban desde las ramas del árbol.

-¡No puede ser posible!-exclamó uno-.

-Ahí van esos pobres patitos-dijo el otro pájaro-. Y no hay nada que podamos hacer. Qué dolor. Qué pena.

-Pobres patitos-dijo el primer pájaro-.

Cuando los patitos llegaron a preguntarle al cocodrilo qué le ocurría, este sonrió mostrando sus afilados dientes y comiéndose a cada uno de los patitos. Uno, dos, tres, y seguí el malévolo cocodrilo. Uno de los patitos se escondió y tomó un palo. Cuando el cocodrilo intentó comérselo, el patito puso el palo haciendo que el cocodrilo no pudiera cerrar su boca y así cada uno de los patitos logró salir desde el interior del feroz animal. Mientras que ambos pájaros desde las ramas del árbol aplaudían y silbaban de felicidad.

-¡Por fin alguien le dio su merecido a ese cocodrilo!

Fin

Moraleja: No podemos confiar en los extraños, no importa qué tan buenos parezcan o qué tan inofensivos, pueden engañarnos y hacernos daño.
Respuesta dada por: victoriacovid
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Respuesta: EL VULPINI Y EL COCODRILO

Discutían un día el vulpini y el cocodrilo sobre la nobleza de sus antepasados.

Por largo rato habló el cocodrilo acerca de la alcurnia de sus ancestros, y terminó por decir que sus padres habían llegado a ser los guardianes del gimnasio.

- No es necesario que me lo digas, replicó el vulpini, las cualidades de tu piel demuestran muy bien que desde hace muchos años te dedicas a los ejercicios de gimnasia.

Moraleja:  

Recuerda siempre que lo que bien se ve, no se puede ocultar con la mentira.

Explicación:

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