Respuestas
Respuesta:
por como se sesenpelle o que se le asemeje al personaje
Respuesta:
1. Piensa un conflicto
Los personajes que tienen todo lo que necesitan y logran todo lo que quieren son aburridos.
¿Dónde está el conflicto? ¿Dónde la lucha por superarse a sí mismos o las circunstancias y alcanzar sus objetivos?
Al crear un personaje, asegúrate de poner piedras en su camino, de hacerle sufrir un poquito. De lo contrario el lector se va aburrir a las pocas páginas.
2. Dale objetivos
Tu personaje necesita objetivos, una meta que alcanzar, algo que lograr.
Incluso si no los nombras específicamente. Incluso si solo al final el personaje descubre que eso, y no otra cosa, era lo que había querido durante toda su vida, los objetivos deben estar ahí. Latentes.
Porque alcanzar sus objetivos (aunque tal vez ignorados) es lo que debe impulsar cada cosa que tus personajes hagan.
3. No le llames personaje femenino fuerte, llámalo mujer
En la vida real las mujeres son fuertes: trabajan, cuidan de su familia y cuidan de sí mismas. Son precisamente las malas novelas (y películas) quienes las han convertido en seres pusilánimes, siempre a la espera de que otro resuelva sus problemas.
A la hora de crear un personaje femenino, fíjate en las mujeres reales de tu entorno. Verás que la fortaleza es intrínseca a ellas.
Y ten cuidado de no hacerlas resaltar a ellas a costa de otros personajes, como vimos cuando hablábamos de personajes estereotipados.
4. Elige el sexo al final
¿De verdad importa tanto si tu personaje es hombre o mujer?
En la mayoría de las novelas este detalle no es tan relevante.
Piensa bien cómo quieres que sea tu personaje, qué cualidades va a tener, cuáles serán sus defectos, cuáles sus virtudes. Imagina cuáles serán los problemas a los que se tiene que enfrentar y con qué talante lo hará.
Solo al final decide si será un personaje masculino o femenino.
Hacerlo antes puede hacer que descartes ideas interesantes porque estarás imbuido por prejuicios y estereotipos.
La historia de una niña que quiere ser bailarina es interesante. Pero ¿y la de un niño que quiere ser bailarín? Ahí está Billy Elliot.
5. Cuidado con los traumas
Al crear un personaje, no es necesario que arrastre un trauma desde su infancia para ser interesante.
Como en la vida real, lo que importa no es nuestro pasado, sino la manera en que afrontamos el futuro.
Más importante que las heridas del pasado son las metas que plantees para tu personaje, porque las metas serán lo que le haga avanzar y evolucionar.
6. Cuidado con las caricaturas
Puedes necesitar en tu novela o relato un personaje arquetípico, como el avaro o la chica guapa. Pero al hacerlo, ten cuidado de no convertirlo en una caricatura.
Hay solo un paso entre uno y otro, pero el efecto sobre el conjunto de la historia es enorme. La creación de personajes es un proceso complejo, como puedes ver.
7. Cuidado con los arquetipos
Los personajes arquetípicos demuestran falta de imaginación.
Pueden estar bien como personajes secundarios, pero no los conviertas en protagonistas.
Y si te basas en un personaje arquetípico para construir tu protagonista, dale cuantos rasgos de originalidad puedas.
De lo contrario el lector tendrá la sensación de que ya ha conocido antes a tu personaje en algún lugar.
8. No tengas miedo al fracaso
No tengas miedo al crear un personaje de hacer que fracase.
De hecho, ver a un personaje fracasar suele resultar más interesante para el lector que verlo triunfar.
Será porque aprendemos más de los fracasos que de los éxitos.
Así que, al crear un personaje, aunque al final lo logre, pónselo difícil. Haz que sus propósitos naufraguen alguna vez. Recuerda el punto uno.
9. No juzgues
No juzgues a tus personajes. Ni siquiera a los antagonistas.
Limítate a dar las claves de por qué son como son y por qué actúan como actúan. Así los harás humanos y, por tanto, más reales.
Deja que sea el lector quien juzgue a tu personaje y no te inmiscuyas.
10. Cuida las relaciones
Un personaje también muestra mucho de sí mismo por cómo interactúa con el resto de los personajes.
¿Cómo se relaciona tu personaje con su madre? ¿Y con su novio? ¿Y con sus compañeros de trabajo? ¿Quiénes son sus amigos?
Construir una relación coherente con el entorno, o un buen entramado de relaciones, puede ayudarte a contar más de tu personaje que largas descripciones e incluso que un monólogo interior.
11. No somos perfectos
Las personas reales no somos perfectas.