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El diccionario puede decir que la salud es la ausencia de lesiones o enfermedades. No obstante, para otros, la salud es algo más. La Academia Estadounidense de Médicos de Familia (AAFP) establece que la salud es más que la ausencia de enfermedad. “La salud es un estado de bienestar físico, mental y social, y no la mera ausencia de enfermedad”, explica. Es fundamental para vivir una vida productiva y satisfactoria.
Camino hacia una mejor salud
Se puede dividir el concepto de salud en diferentes categorías. Se puede hablar de salud física, mental, emocional y conductual. Cualquier persona puede realizar ciertas acciones para mantenerse saludable en estas áreas. Sin embargo, los adolescentes deben prestarles atención a ciertas pautas.
Salud física: cuidar nuestro cuerpo
Ejercitarse con regularidad. Los adolescentes deben realizar actividad física al menos 60 minutos al día.
Seguir una dieta saludable. Tener una alimentación saludable es una parte importante de su crecimiento y desarrollo. Debe comer muchas frutas y vegetales, cereales integrales, diferentes fuentes de proteína y lácteos descremados.
Mantener un peso saludable. Los niños y los adolescentes con obesidad tienen más probabilidades de ser obesos en la adultez. También tienen mayor riesgo de padecer otras enfermedades crónicas, depresión y hostigamiento escolar.
Dormir lo suficiente. La mayoría de los adolescentes necesitan entre 9 y 9 horas y media de sueño por noche. Muchos solo duermen un promedio de 7 horas. El sueño tiene un fuerte efecto sobre la capacidad de concentración y el desempeño escolar.
Cumplir con las vacunas. Es importante vacunarse contra la gripe todos los años. Si aún no tiene la vacuna contra el HPV, pregunte a sus padres y a su médico sobre el tema. Esta vacuna puede prevenir el HPV y otros tipos de cáncer, como el cáncer de cuello uterino.
Cepillarse los dientes y usar hilo dental. Si se convierte en un hábito ahora, se pueden prevenir problemas dentales y gingivales en la adultez.
Usar protector solar. Quemarse con el sol en la infancia o la adolescencia, aunque sea una sola vez, incrementa el riesgo de padecer cáncer de piel en la adultez.
No escuchar música fuerte. Esto puede dañar la audición para el resto de la vida.