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En el verano pasado, Sciencitific Data publicó un artículo realizado por Meredith, Reitsma y Seto, unos geógrafos de la Universidad de Yale, sobre el proceso de urbanización en el mundo durante 6000 años, del 3700 aC al 2000 dC.[i] Dicho estudio tiene sus bases en el concepto de ciudad de Tertius Chandler y George Modelski, quienes construyen la definición a través de diversos umbrales de población. Para este último por ejemplo, un asentamiento antiguo del 3700 aC al 1000 aC tendría que haber soportado a más de 10000 habitantes para así poder ser considerado una ciudad.
Unas semanas bastaron para que Metrocosm, un sitio de internet dedicado a proyectos de visualización de datos estadísticos y a la elaboración de mapas dinámicos, realizara un video proyectando de manera mucho más comprensible el proceso del que artículo trata.[ii] Durante 3:20 minutos pequeños puntos de color amarillo hacen su aparición, acompañados de un efecto de sonido de electrocardiograma que se intensifica con la presencia de ciudades en el planeta; así podemos apreciar la historia de los asentamientos urbanos desde Eridu en la antigua Mesopotamia hasta la actual y cardiaca superpoblación mundial.
Llama la atención que en el continente americano no aparece ninguna señalización hasta el minuto y medio cuando el marcador cronológico apunta el años 900 aC y un punto fosforescente se coloca en Teotihuacán, México. Si bien es cierto que, por un lado la fuente primaria advierte limitaciones para ciertas partes del mundo –sobre todo para la etapas más tempranas- y por otro, geógrafos, demógrafos y antropólogos definen de forma distinta los conceptos de ciudad y urbanización – estos últimos ponderan la presencia de muchos otros elementos culturales antes que un número poblacional específico-, lo anterior detonó una serie de preocupaciones en la que imperaba el probable desconocimiento en torno a las poblacionales que existieron en el México prehispánico antes de la internacionalmente reconocida, Teotihuacán.
En los últimos años, América habla mucho sobre las primeras civilizaciones en el mundo pero poco habla el mundo sobre la primera civilización en Mesoamérica que surgió en la costa sur del Golfo de México, así que este artículo será dedicado a ella, específicamente, a los olmecas de la primera capital: San Lorenzo, Veracruz. Partimos de la idea de que conocerla y reconocerla es el primer paso para su urgente y necesaria protección como patrimonio universal. Advertir sobre los inigualables componentes culturales que la constituyeron, y que muchos ignoran, será de ayuda para su resguardo y preservación.
El sitio arqueológico de San Lorenzo es un ejemplo sobresaliente de gran importancia universal por ser único. Como la primera gran capital olmeca, es equiparable con otras grandes capitales posteriores en Mesoamérica, por ejemplo Teotihuacán en el periodo Clásico, Monte Albán para los zapotecos, Tula para los toltecas, Chichén Itzá para los mayas, Tenochtitlán para los mexicas, entre otras. Por ser la primera gran capital en Mesoamérica es comparable con Caral- Supe en Perú, Eridú en Mesopotamia o Moenjodaro en el Valle del Indo. Desde su origen modesto alrededor de 1800 aC, tuvo un desarrollo ininterrumpido durante ocho siglos, llegando a abarca un área total de 776 hectáreas con una densidad poblacional de 28-30 habitantes por hectárea en el epicentro. Aunque los primeros reportes sobre la cultura olmeca se llevan a cabo desde finales del siglo XIX, son los sensacionales descubrimientos realizados a partir 1939 por Matthew W. Stirling, la muestra incuestionable de su singularidad. Las expediciones de Stirling llevadas a cabo durante la década de los años cuarenta en los sitios arqueológicos de Tres Zapotes y Cerro de las Mesas en el estado de Veracruz y el sitio La Venta en Tabasco, son los cimientos de la arqueología olmeca y el punto de partida de nuevas impresiones y conocimientos sobre esta cultura.
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