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Respuesta:
Entre las muchas acciones emprendidas por la
Compañía de Jesús en América, la experiencia
de las misiones de guaraníes es algo destacable.
Lo que los padres y hermanos jesuitas llevaron a
cabo en lo que se ha llamado “el Paraguay” puede
aparecer tanto con signos positivos, como negativos. Diversos autores califican en uno u otro sentido a este ejemplo tan particular. Sin embargo,
es necesario adentrarse en él y estudiarlo dentro
del contexto general de la organización española
y de la realidad humana y geográfica en la cual
se insertaba. Pero lo que verdaderamente hace
de él una experiencia inédita es el conjunto de
situaciones funcionales, de uso, de vida cotidiana
y de sentido organizativo general de cada parte
del poblado, de todo él y del conjunto de pueblos
y su territorio. Si bien podríamos encontrar antecedentes en la propia región guaranítica y en la
peruana, también hay autores que hacen comparaciones con teorías europeas como las de Platón,
san Agustín, Tomás Moro y Campanella (Armani,
1982, p. 12). Aunque parecen rescatarse en estas
misiones las costumbres de los primeros cristianos en cuanto a la comunicación de bienes.
Aquí se partió de algunas líneas generales
para el proyecto y se continuó con lo que la experiencia iba dictando en cada nuevo emprendimiento, así el conjunto tuvo una evolución pragmática en sus fundaciones, estancias, puestos y
área rural. La planificación física fue acompañada
de una visión general de los aspectos sociales,
culturales, políticos y económicos dentro de un
amplio marco religioso. Este marco se apoyaba no
sólo en la visión que el misionero traía de Europa,
con sus creencias y su cultura, sino que también
estaban allí presentes la propia visión del guaraní
sobre el mundo y su relación con lo natural y lo sobrenatural. La idea de una propuesta alternativa
se basaba tanto en el urbanismo en sí cuanto en
esta visión misional.
Al producirse el extrañamiento de la Compañía de Jesús entre 1767 y 1768, se documentan
treinta pueblos, pero ellos no tienen una historia
lineal, ni se encuentran en los asentamientos
originales; pues en 1609 se habían producido
las primeras tentativas de misión con tres grupos
de religiosos que saldrían de Asunción hacia diferentes rumbos. Al encontrarse con realidades
dispares, también serían dispares sus métodos
de trabajo. Estos primeros establecimientos no
perduraron porque los contratiempos fueron numerosos, aunque la tenacidad fue mayor.
El ambiente geográfico
Para entender mejor la situación no debemos
dejar de lado una somera explicación del medio
geográfico en el que se hallaban. El clima de la
región es subtropical húmedo, agudizándose a
medida que se avanza hacia el nordeste de
Asunción, donde se ubicará el primer grupo de reducciones. La zona se conoce como “del Guayrá”,
pues hace referencia a unos importantes saltos
que da el río Paraná algo al sur del trópico de
Capricornio.
El Paraná –o padre de los ríos, según su
etimología– es el que organiza el territorio con
sus afluentes, siendo también la principal vía de
comunicación de ese amplio espacio que hoy
engloba a Brasil, Paraguay y Argentina. El complemento de ello es la gran selva que las condiciones
de humedad y temperatura hacen posible. Estas
cualidades son las que dieron lugar a la vida de
los grupos guaraníes que se asentaban por cortas