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Este respiro ha sido sobre todo de corto plazo a las finanzas públicas, y con ello al riesgo país, indicador de la viabilidad financiera de un país en el largo plazo. Asimismo, el reconocimiento del rescate bancario como deuda pública del gobierno también consigue que se ahorren recursos por conceptos de pago de intereses. Con el esquema actual, el pago de intereses del rescate bancario simplemente estaba por encima del mercado, especialmente si lo comparamos con el pago de intereses que el perfil de riesgo país le permite pagar al gobierno mexicano por intereses de sus bonos de deuda. El reconocimiento legal del rescate bancario como deuda gubernamental permite acogerse a este esquema de tasas de interés más bajas.
En efecto, con el ahorro de 116 mil millones de pesos (de un pagaré de alrededor de 223 mil millones de pesos), el gobierno obtiene un verdadero respiro en materia de endeudamiento interno. De no haberse logrado este acuerdo, en el próximo presupuesto de enero, se hubiera obligado al gobierno a recurrir a un mayor endeudamiento, lo que hubiera significado un mayor riesgo país, una mayor presión cambiaria y tasas de interés más altas, todos estos factores que merman el crecimiento económico y la creación de empleos productivos en el largo plazo.