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La Historia Se Trata Sobre Dos Enemigos, Arroz Y Habichuelas. Arroz Era Un Blanquito Finudo Que Señoriteaba Solo Por La Fonda Feliz. Habichuelas Era Un Mulato Sabrosón Que Soneaba Alegremente En Su Salsa Con Jamón, Tocino, Ajo, Cebolla, Pimiento Y Calabaza. A Pesar De Todos Los Intentos De La Cocinera Ña Jesusa Para Juntar A Estos Dos, Ellos No Se Podían Ver, Ni En Pintura. Arroz Y Habichuelas Se La Pasaban Molestándose, Burlándose, Espiándose Y Gozando De Lo Malo Que Le Pasaba A El Uno Y Al Otro. Toda La Cocina Estaba Enterada De Esta Gran Batalla Entre Arroz Y Habichuelas. Arroz Solo Se Codeaba Con Don Pollo Y Algunos Mariscos. Por Otro Lado, Habichuelas Nunca Andaba Solo. Cuando Ña Jesusa Los Echaba En El Plato Estos Se Hacían Frente Y Batallaban Como Un Ejército, Arroz Apretando Todos Sus Granos Para Que Su Blancura No Se Manchara Con La Salsa De Las Habichuelas Y Habichuelas Dejaba Que Corriera Toda Su Salsa En El Plato. No Se Sabe Exactamente Cuánto Tiempo Pasó Pero Los Que Conocen La Historia Dicen Que Fueron Cuatro Largos Centenarios. Un Día Nublado Ña Jesusa Trajo En Sus Manos Algo Que Los Asombró A Todos. Dicen Que Era Un Coso Feo, Largo, Flaco Y Colorao, Lo Comenzaron A Comparar Con El Ajún Del Diablo, Drácula, Hulk, Frankenstein, la Muerte en Bicicleta y el Cuco. Éste Era Jordó. Todos Los Alimentos Le Tenían Envidia Porque Ña Jesusa Lo Añoñaba Como Un Bebé. Cebolla Tenía Que Servirle De Frisa Al Jordó. Cada Vez Eran Más Los Clientes Que Pedían Al Nuevo Intruso Y Menos Los Que Pedían Arroz Y Habichuelas. Ante Esa Situación, Hubo Reunión En La Alacena. Calabaza La Más Grande Y Pamplona De La Casa Sugirió Que Se Alistaran Porque Sino El Jordó Se Iba A Quedar Con Todo. Esa Noche Nadie Durmió, Era El Zafacón O La Mesa, Había Que Rescatar La Sazóncriolla. Al Día Siguiente, Alguien Había Pedido Arroz Con Habichuelas. Arroz Se Lució, Quedó Granosito Y Brilloso, Habichuelas Dirigió Su combo; Calabaza Con La Conga, Pimiento Con Los Bongós Y Todos Se Ayudaban Entre Sí.