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Respuesta:
Entre las divinidades de los aztecas se hallaba la Cohuatlicue o Cohuatlantona, culebra resplandeciente, diosa de las flores, a la que ofrecían en el mes Tezostontli ramos de flores formados con precioso artificio. Los oficiales encargados del cultivo de esas flores y de formar los ramos se llamaban Xochimanqui. El lugar que en el Estado lleva el nombre de Xochimancas, estaba tal vez destinado para el jardín de la diosa, o para la morada de los Xochimanqui, y de ahí quizás tomó el nombre, cuya terminación, como nombre de lugar, no hemos podido encontrar.
Así, pues, parece que, en la antigüedad azteca este lugar, hoy abandonado y yermo, fue un jardín, seguramente un vasto jardín, tal vez una ciudad llena de huertos y de llores, un lugar ameno y delicioso consagrado al culto de la Flora Azteca, a cuyo pie los inteligentes y bravos tlahuica, habitantes de esta comarca y celebrados floricultores, ofrecían, como homenaje, ricos en aromas y colores, los más bellos productos de su tierra, amada del sol, del aire y de las nubes.
Sólo que, como dice nuestro sabio maestro el historiador Orozco y Berra, «por regla general, no siempre es fácil señalar los pueblos actuales correspondientes a los nombrados en las antiguas crónicas, porque si muchos conservan su nombre primitivo, aunque estropeado, otros cambiaron de apelación, se transformaron en haciendas o ranchos o desaparecieron completamente».
Xochimancas se transformó seguramente después de la conquista, de jardín o ciudad de jardines en hacienda, con encomenderos: y esclavos; después en ruinas y guaridas de fieras y reptiles, y al último en guarida de ladrones, y lo que es peor, y como vamos a verlo, en sitio de torturas y de asesinatos.
Explicación:
espero y te sirva